SATISFACIENDO PENDEJOS - Relatos Eróticos

SATISFACIENDO PENDEJOS

Sigo escribiendo las memorias de mis aventuras sexuales. Satisfaciendo pendejos de manera casual cuando estuve por Misiones.
Al poco tiempo de recibirme, tuve una propuesta de un conocido para que diera una clase de Logística en la universidad, lo cual acepté, era una clase de 1 día así que aprovechaba para pasear. Estuve un jueves ahí, después de eso, a un alumno le pareció interesante que visitara una escuela técnica que coopera con una reserva ecológica, para ver que se podía mejorar. Me gustó la invitación y el viernes temprano hicimos un viaje de 2 horas hasta dicha escuela, me mostraron sus proyectos y por la tarde fuimos al lugar. Después de exponer mis ideas y colaborar con ellos, en agradecimiento los dueños de la reserva me invitaron a quedarme a descansar ahí todo el fin de semana, algo que aproveché. 1 de los chicos volvió al pueblo a buscar carpas para quedarse también y el resto se dedicó a maravillarme con el lugar.
Por la noche compartimos con 5 jóvenes y los dueños un asado y nos fuimos a descansar temprano. Al día siguiente salimos temprano a visitar unos saltos de agua, lugar donde di rienda suelta a mis deseos de verga.
Cuando me puse mi micro bikini, dejando nada a la imaginación, los muchachos se volvieron locos, pude notarlo en sus gestos, sus miradas cómplices y en sus vergas en camino a endurecerse. Pendejos de 17 y 18 años, llenos de vigor y yo desesperada por recibir unas vergas. Me lancé al agua y los invitaba a unirse, tímidos al principio, ...

... decidieron unirse lanzándose de a uno y tratando de estar lo más cerca posible de mí mientras nos reíamos por tonteras. Luego me sumergía levantando mi cola para que la admiren y en las brazadas tocaba "sin querer" alguna verga, pidiendo disculpas lógicamente al salir. Ya tenía identificada la verga más grande, por lo que ahora comenzaba a seducir con mis miradas a los muchachos. Ellos lo estaban entendiendo a la perfección, pero no sabían que yo me los cogería a todos, así que buscaban de llamar más mi atención cada uno con su monada.
En un momento me alejo hasta una piedra, pero sin salir del agua que nos daba hasta la cintura en esa parte. Llamo a Miguel, el más grandote de todos y el más pijudo; le digo haciéndome la inocente que quería hacer mis necesidades y si me podía acompañar por que no conocía la fauna del lugar. El simplemente me contesta, que lo haga ahí en el agua y de paso sirve para lavarse ya que es salida de un manantial que comenzaba a menos de 100 metros de donde estábamos. Como él estaba de espaldas al resto de los muchachos que esperaban en silencio, muertos de curiosidad por lo que solo llame a Miguel, me tapaba del resto, por lo que le dije que se quedara ahí para cubrirme. Sin vueltas corrí mi bikini dejando ver vulva depilada y suave a través del agua cristalina, sus ojos parecían salir de su órbita, mientras yo me refregaba como limpiándome. Le pregunté si así estaba bien, con vos entre cortada me contesta que sí, y lo desafío a hacer lo mismo así yo ...