1. Mamá y las nenas 2


    Fecha: 23/07/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... olió.
    -¡Uyuyuy! ¡Cómo esta esto! ¿Cuántos polvos te mandaste? ¿Eh?
    -Dos solamente. Uno en cada agujero. 
    -¿Si…? Dale…, macaneador.
    -Sólo estuve un hora.
    No hubo más preámbulo. Se la metió en la boca y empezó a mamar…, adentro…, afuera…, adentro… 
    -Mi amor… ¿me puedo sentar? Me tiemblan las piernas…, lo hacés demasiado bien… - Era mi interés alabarla para que no se sintiera secundaria…
    Sin sacarse la pija de la boca, Araceli me tomó de las caderas para que me sentara en el borde de la cama. Ella se corrió “caminando” de rodillas. 
    -¡Mmmmmm! ¡Qué rico! ¡Ahora tiene gusto a vos!
    -¡Jajaja! ¡También a vos!
    -¡Siii…mmmmmmmm…no me…mmm…la metiste!
    -¿Te creés que tu lengüita no tiene gusto?
    -Espero…mmmm…que alguna vez…mmmm…vayas…mmm…con gusto a mi…mmmmmmmm… cuando te cojas a Lorena…mmmm…
    -Bueno… a lo de tu mamá he ido varias veces con gusto a vos…,  a la mañana, antes de ir a la obra.
    -Mmmm…y que…mmmm…te dijo?
    -¡Qué tenía riquísimo gusto! Pero… no me dijo con gusto a vos… - La mamada de Ari era, como siempre, genial… - Tal vez quiso disimular que conoce muy bien tu gustito…
    -Aja…mmmm…claro…mmm…más discreta…mmm…que yo…mmm…
    -¡Uyyyy! ¡Me dio una ganas!
    -¿Queres metérmela?
    -No. Quiero chuparte los juguitos.
    -¡Uy! Si, dale. ¡Me encanta!
    Araceli se acostó boca arriba. Fui hacia sus piernas y arrodillado empecé con suavidad sobre sus labios. Toda, todita, la lambetié. Como me duele el cuello por estar en esa posición, me acosté totalmente entre sus piernas.
    -¡Qué ...
    ... hermosos! – Seguí con mi trabajo psicológico. Quiero que ella sepa que es la mejor. - ¡Qué sabor, qué dulzura, qué aroma! ¡Todo fantástico!
    Yo le hablaba entre lamida y lamida, porque lo sentía así, y además quería que se sintiera adorada. 
    Pero había un pequeño “problemita”. Ari se estaba dejando crecer el bello púbico, porque yo le había pedido que quería verla alguna vez con pendejos. Entonces, cuando iba con la lengua al clítoris, la nariz, ojos y frente, quedaban sobre su pubis. ¡Y picaban! ¡Como cuando te está creciendo la barba! De cualquier manera, era un placer total.
    -¡Ay papito! ¡Te baño la cara!  - Y largó tremendo squirt. ¡Riquísimo! - ¡Qué lindo mi amor! ¡Qué lindo que chupás! ¡Cómo me gusta!
    Seguí dándole. ¡Necesitaba otro orgasmo! Como estaba acostada sus jugos chorreaban hacia el culo. Le busqué el hoyito con los dedos y le metí uno, muy suavemente. 
    -¡Ay papiiiii! ¡Qué lindo! – Se acomodó para que entraran mejor. - ¡Sisisisííí!
    Le metí otro. Araceli no dejaba de gemir de placer. 
    -Ponete en cuatro, mi amor.
    Se acomodó perfectamente, con el culo bien parado. ¡Me hubiera gustado tener dos pijas! Monté sobre ella apoyándome en mis piernas. Comencé a penetrarla. Como ya hacía más de seis meses que se la había metido por primera vez, ahora era más fácil. Además le encantaba sentirme adentro. Despacito, despacito, iba entrando. Hasta que quede totalmente sentado sobre sus glúteos, con los huevos colgando sobre la concha. Le metí un par de dedos en la vulva y con ...