1. Dos matrimonios muy especiales 2


    Fecha: 14/07/2021, Categorías: Intercambios Tus Relatos Autor: Fantasito, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Ayer, para hacerla corta, no conté algunos detalles de nuestra semana en la finca. 
    Estaba Luchi con su concha en mi boca muy abierta gozando de semen de dos machos y sus jugos vaginales cuando se le escapó un chorrito de meada. Yo apreté más fuerte sus nalgas y mi boca. al ver tan buena recepción, mi amiga largó otro chorrito y así fue siguiendo hasta que me bebí toda su meada. Debo decir que me produjo, después una irritación digestiva que me duró varios días. desde entonces no lo hacemos más.  Pero si puedo decir que nuestros machos se vaciaron todo su semen sobre nosotras, caras, pelos, tetas, vientres quedaron con sus ricas leches. Ante eso nos fuimos a la bañera, las dos juntas y nos arrodillamos. Ellos nos ducharon con sus pijas, desde el pelo hacia abajo. Esa lluvia caliente y dorada nos deleitó, luego nos duchamos, juntitas, acariciándonos y nos vestimos para dar una vuelta en coche. Como siempre, cruzados, es decir cada hembra con el macho de la otra.  Pero todavía nos estábamos satisfechos con nuestras acciones. Cuando volvimos del paseo nos desnudamos y los hombres se arrodillaron al borde de la cama, nosotras abrimos sus nalgas y lamimos hasta el cansancio ...
    ... sus hermosos culos que temblaban de ganas y excitación. Sacamos nuestros arneses y siempre cruzados rompimos sus culos para deleite de esos machos ya emputecidos. Luego debían pagar nuestro esfuerzo, nos abrimos de piernas y comenzaron a chupar, lamer y morder nuestros clítoris hasta que nuestros orgasmos nos hacían gemir a los gritos. 
    Una mañana estaba Martín, mi marido, leyendo el periódico con un pie sobre una silla mientras preparábamos el desayuno y Fran, desde atrás intentó clavarlo por el culo. Martín se negó:
    - Así en frío no me gusta! -
    Arrodillándose comenzó una mamada en serio que empinó bien la verga de Fran, Martín se inclinó sobre la silla y puso su culo ofreciéndolo. Nosotras, calientes como un horno comenzamos a mirar y pajearnos enloquecidas. Ver las caderas y las nalgas de Fran, bien formadas, duras, atléticas moviéndose en vaiven nos tenía en un gemido intenso.
    Así pasó la semana, polvo tras polvo, orgasmo tras orgasmo. No cuento otras cosas que pasaron por ser de nuestra más profunda intimidad.
    Respecto a mi mucama, será otro día, pero puedo decir que ya es una segura cómplice de nuestra fechorías sexuales.
    Besos de Leo, siempre en los sexos. 
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