1. La ahijada de mi madre


    Fecha: 12/07/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Follet, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Josefina trabajó en la casa de mi madre hasta que se casó con Arturo, tuvieron tres hijas que mi mamá tomo por ahijadas, así que nos visitaban frecuentemente, las vimos crecer, una niñas muy bonitas que se convirtieron en bellas mujeres, especialmente una de ellas, Beatriz, quien desde los 14 años ya pintaba para ser una mujer muy hermosa, y así fue, llegó a sus 21 con una cara hermosa, ojos achinados, labios grandes, tetas más bien pequeñas, unas nalgas grandes, redondas y una piernas bien torneadas, ella visitaba más seguido a mi madre porque había conseguido un trabajo cerca de la casa, así que nos veíamos muy seguido.
    
    Por razones de su trabajo, Beatriz tenía que usar saco y falda todos los días, se veía hermosa, maquillada, con tacones y medias, era de una coquetería natural, uno de esos días nos presentó a su novio, un muchachillo cualquiera, flaco, desaliñado, sin chiste, yo no entendía que podía hacer con ese mujerón.
    
    Un día de esos se presentó a la casa sin uniforme, era la comida de aniversario, llevaba un pantalón de piel beige enfundado en unas botas altas y un saco largo que apenas alcanzaba a cubrir sus redondas nalgas, el cabello peinado de lado, se veía espectacular, aparentaba más edad de la que tenía.  La comida era en un lugar cercano, cerca de las 11 de la noche regresó a la casa, me dijo que le pidiera un taxi para regresar a su casa y me ofrecí a llevarla, mi mamá estuvo de acuerdo.
    
    En el camino no podía dejar de mirarla, ella sólo sonreía, ...
    ... de pronto paré el auto en una calle desierta y le pregunté si podía darle un beso, sonrió y me respondió ¿podrás?, tomé su cara con ambas manos y la besé desesperadamente, me respondió igual, mis manos no tardaron en bajar a su cuello, su pecho, sus caderas, ella gemía  metiéndome la lengua en la boca, abrió las piernas y puse una mano en su pucha, la piel de su pantalón me dejaba perfectamente sentir su pucha, la recorrí con la palma de la mano, la dibujé con un dedo, ella se estremecía, mi verga estaba a punto de explotar, le tomé una mano y la dirigí a ella, la recorrió, la apretó con urgencia, mi mano seguía jugando con su pucha.
    
    Descubrí sus pechos y me solacé con sus pezones, pequeños, que inmediatamente se pusieron rígidos, metí la mano en su pantalón, hallé su coño y metí dos dedos, estaba húmeda, la hice venir de esa manera, bajé su pantalón hasta las rodillas, me saqué la verga y la jalé hacia mi con la intención de que se montara encima, se negó, me dijo que era virgen, lejos de ceder, le dije que podíamos hacerlo de otra forma para que siguiera así, ella sonrió y me dijo ¿por el chiquito?, me sorprendió su repuesta, me di cuenta qu sabía que sabía de que se trataba, le respondí que sí y le pregunté si ya lo había hecho, me contestó que no, que también de ahí era virgen, ¿quieres que te enseñe?, sus pupilas estaban dilatadas de deseo, y me dijo que si, voltee para buscar un mejor lugar y halle uno casi al final de la calle, varios árboles impedían la vista por ...
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