1. Desde las tías a la “cariñosa”


    Fecha: 08/07/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ¡Cómo no sentir felicidad! No sólo mi cara estaba llena de felicidad. Patri gozaba como loca, no solo por tener mi pija en su culo. Era algo más. “Psicológico” diría. Yo empujaba y empujaba. Como veía perfectamente su concha, además de ver como entraba y salía del culo la poronga…, todo era felicidad. En este caso yo estaba mejor colocado que ella, pues veía todo lo lindo para ver, junto a su rostro maravillosamente satisfecho, a veces con la boca entreabierta, gimiendo quedamente, a veces apretando su labio inferior con los dientes, a veces con los ojos en blanco…, sus erguidos pezones, que parecían vibrar ante cada estocada mía. Con una mano le agarraba una teta y con la otra metía el pulgar en la vulva, y acariciaba el clítoris con los dedos. Por momentos tomaba una de sus piernas y besaba la pantorrilla…, los deditos de un piecito maravilloso. No había adjetivos para tanta belleza y tanto placer. Patricia es una maga del sexo. Te hace llegar a las máximas alturas del goce. Los gemidos y grititos de placer eran continuados, no solamente de Patri, yo tampoco era silencioso. Matilda ya había despertado y estaba con la mamá. No teníamos por qué ser silenciosos. Vos sabés que es glorioso gritar en estos casos. Las cogidas silenciosas no son las mejores. Es como si estuvieras haciendo algo prohibido…, y en el caso del sexo nada es prohibido. ¡Lo máximo que puede hacer el ser humano! 
    Mi sacudida también fue tremenda. 
    -¡Ahhhh síííí! ¡Y me tiré sobre Patri a besarla toda, ...
    ... toda… ¡es tan lindo…!
    Seguimos retozando un rato largo. 
    -Chicos… ¡vengan a almorzar! - Romi llama desde abajo.
    Patri nuevamente con el baby doll. Yo… esta vez… me vestí más “seriamente”. Calzoncillo y pantalón, en  ojotas. ¡Me quedan chicas! Como en la boutique de Yolanda, iba a tener que traer ropa acá, para estar de “entrecasa”.
    Como siempre la comida de Romi era sencilla y de excelente gusto. Risotto y costillitas de cerdo con salsa portuguesa. Todo exquisito. ¡Jajaja! Tal vez fui exagerado: ¡la comida también es lo máximo!
    Cuando nos acomodamos para comer yo estaba dispuesto a ser el curioso, antes que las chicas pregunten algo.
    -Bueno, ahora cuentan ustedes.
    -¿Qué cosa? – Preguntó Patri.
    -Cuándo fue la primera vez… Y no me digan que no se acuerdan, porque eso no se olvida jamás.
    -¡Jajaja! ¡Te querés desquitar!
    -Noooo… es curiosidad…, así que empiecen con los recuerdos ¿estamos? ¿Quién es la primera en el confesionario?
    -¡Jajaja! Bueno, empiezo yo. - Romina se decidió. – Fue…, bueno…, tenía un primo, baah, todas tienen un primo…
    -Yo no. La menor de mis primas me llevaba 8 años…, así que tuve que arreglarme por mi cuenta…
    -¡Y aprendiste bien…! ¡Jajaja! – A Patri le resultaba graciosa mi “angustia existencial” de adolescente.
    -Les cuento. - ¿”Les”? Parece que Patri no lo sabía. - Mi primo me llevaba 6 años… y tenía 16. Date cuenta que como toda nena, yo estaba fascinada por mi primo mayor… ¡era riquísimo! Entonces ocurrió. Él siempre era muy cariñoso conmigo, ...
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