Alejandra y el mecánico - Relatos Eróticos

Alejandra y el mecánico

Alejandra era una chica que desde pequeña se caracterizaba por su inigualable belleza, desde muy joven jamás pasó desapercibida por las personas que la conocían, pues siempre daba el impacto de su belleza y hasta le hacían cumplidos por ello, le encantaba practicar baile y realizar actividades deportivas, físicamente era una obra de arte según sus amistades, era de piel blanca y de pelo rubio, su figura era de un "reloj de arena", piernas bien formadas y estilizadas  que terminaban en un trasero firme y bonito, poseía una cintura de avispa que era coronada por dos buenos pechos que resaltaban de su esbelta figura, sin mencionar que su cara hacía la mejor combinación con su cuerpo, labios finos y ojos verdes, en sus mejillas un poco resaltaban sus pómulos, todo esto lo tenía gracias a su desendencia germana de parte de su madre.

Ella tenía una buena relación con su familia, su padre era quien más la celaba, pues no permitía que tuviera novio antes de que entrara a la universidad, en esos tiempos, su padre revisaba mucho su auto, pues tenía constantes fallas y ameritaba una revisión por parte de un profesional, como no quería pagar lo que le cobraban en la agencia, decidía por recurrir con su compadre don Chucho, quien cobraba menos pero se tardaba más.

Don Chucho era un hombre de 50 años, con varios kilos demás, de tez morena y era el típico macho que pensaba que las mujeres solo servían para dos cosas, para coger y para estar en casa haciendo labores del hogar. ...

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Un día Alejandra acompañó a la revisión del auto de su padre, ese día llevaba unos leggins que se entallaban en sus piernas, resaltando su gran figura lo que atraía el acoso de muchos hombres en la calle, cosa que Alejandra le molestaba pero daba poca importancia para evitar conflictos con quienes lo hacían, cuando llegaron al taller, varios de los trabajadores del lugar no le quitaban la vista de encima, cosa que empezó a incomodar a Alejandra, su padre saludó a don chucho quien le explicaba cual era el problema de su auto y el porque se iba a tardar otra semana más, cuando vio a Alejandra, pareció que sus ojos se hacían mas grandes y la empezó a escanear de arriba a abajo, cosa que su padre no notó pues se encontraba revisando la lista de componentes que tocarían comprar.

-Muy bien don chucho, estaré viendo lo de los componentes, uff va a salir mas caro de lo que pensaba- le comentó el padre de Alejandra a don Chucho, quien retomaba la conversación después de echarse un taco de ojo con Alejandra 
-Si mire, todo es porque llegó con muchos problemas el auto, pero verá que si se arregla- le comentó don Chucho
-Bueno, estaré viendo eso en la semana, ¡oh! ¿no le había presentado a mi hija verdad?, ella es Alejandra- le hizo un gesto a ella para que se acercara a conocer a don Chucho.
-Que tal, soy Alejandra- la muchacha alzó la mano para saludar a don Chucho, cuando vio y sintió la mano sucia y llena de mugre de aquél mecánico, se le borró la sonrisa genérica que tenía ...