Primera de muchas veces - Relatos Eróticos

Primera de muchas veces

Tenía yo para aquel entonces. 19 años. Era un joven flaco, de 1.73, de altura cara de niño y sobre todo con una vida sexual muy loca, pues siempre que salía de mi trabajo con mis amigos. Nos íbamos a jugar billar hasta tarde de la noche, luego salíamos para cualquier bar de la ciudad, bailabamos, bebiamos, y esto se daba hasta la madrugada. Y después salíamos todos con las chicas del bar y el final era sexo a rabiar. Y así semana tras semana.
Y es aquí donde comienza mi historia.
Sucede que para ir a cojer el transporte para mi casa me tocaba pasar por un sitio muy conocido en mi ciudad, pues en esa esquina se editaba uno de los principales periódicos del país, y el principal de mi ciudad.
Pero en las noches esa esquina se transformaba y recojia a todos los travestis de la ciudad. Y yo pasaba siempre  por ahí, viendo esos especímenes tan bien conformados. De verdad era todo un show ver a estas bellezas, algunas quizá con mejores cuerpos y caras  que cualquier mujer. Nunca pasó por mi mente tener algo con una de esta niñas. Y aunque ese no era mi plan. La vida me tenía reservada un sorpresa. 
En fin lo cierto es que alguna de esas noches una de estas bellas mujeres se me acercó y me dijo.
He ave María. Esto esta muy bueno, por delante y por detrás, yo solo me reí y segui a buscar mi ruta. Pero la verdad quede pensativo de aquello. En los próximos días siempre miraba para ver si encontraba a la que me había dicho estas palabras,  pero no tuve suerte en por lo menos 15 ...

... días.
Pero uno de estos días sentí su voz de nuevo y esto me erizo la piel. Di una vuelta por la manzana y regresé hasta donde escuché su voz. Y la pude ver, era una hembrota piel Canela, cabello rubio, unas piernas gruesas y un culo grande y bien formado natural, La verdad era impresionante.
Yo nunca antes había estado con un travesti y eso me hacía dudar pues las historias eran que siempre ellos terminan comiendoselo, y eso me daba mucho miedo. Así pasé varios días pensando mucho en como hacerlo. Pues además de lo anterior también sentía susto de que algún conocido me viera pues en esta zona se cojian los carros para mi barrio. Bueno eso nunca me desanimó y por el contrario todos los días pasaba y miraba a ver por donde estaba lo que para mi se había convertido en una obsesión, algunas veces daba 2 o 3 vueltas viendo esas bellezas que sin lugar a dudas ya hacían parte de mis gustos.
Una de esas noches de farra con mis amigos, decidí cambiar mi rutina y me fui para una taberna de salsa que funcionaba por esos lados. Pedí media de aguardiente, escuché unos buenos temas al igual que baile pues es uno de mis grandes gustos. Creo que me tome dos medias de guaro. Y salí de la taberna sobre la media noche. No tuve otro pensamiento en mi cabeza mas que el de ir a buscar lo que me tenía en vilo por tanto tiempo.
Y así fue, salí con toda decisión hacía el lugar exacto donde sabía que la encontraría. Y así fue. Oh murieron que vi. Estaba parada en la esquina de siempre, tenía puesta ...