Boutique “la cariñosa” 4 - Relatos Eróticos

Boutique “la cariñosa” 4

... mamaba… y le metimos con todo. Abracé sus caderas, chupando hasta el culo. ¡Maravilloso! Ella acabó primero, pero no mucho antes que yo. ¡Nos dejamos absolutamente limpitos!
-¿Cuándo volvés?
-Y… no sé. Vos sabés que es difícil para mí prever eso. Depende de la obra. En cuanto tenga unos minutos… 
-¡Aja! ¡Ahora tenés a las nenas!
-Pero no es lo mismo…
-¡Vaya mentiroso!
-Es verdad, pura verdad… Con las nenas la cuestión es más psíquica.
-¡Dejate de joder!
-Sí. Se verdad. El tener dos criaturas así entre mis manos y metérselas en todos los agujeros, aunque a Miri todavía no se lo hice por el culo…, bueno, todo eso es lindo…, y me hace acordar cuando tenía…, sí…, 19 años…
-Hace 30…
-Un poquito más… Bueno…, me hace acordar de aquella época, con dos nenas así…, y es rejuvenecer. Pero sexualmente no hay nada mejor que vos. Es más. A veces con Araceli tampoco es tan bueno… 
-No puede ser. Mi hija sale a mí…
-Si, en casi todo…
-¿En qué no?
-No es que haya algo que no lo haga tan bien como vos. Es la actitud. Vos sos increíblemente sexual. Siento la tibieza de tu piel, el temblor de tu estómago… El tomarte del culo o las tetas, no tiene comparación… Tu pancita, tu ombligo… ¡me vuelven loco! ¡No hay nada mejor!
-¡Sos terrible! Ya me calentaste! ¡Quiero coger de nuevo!
-No…, mi amor… Hay que tener paciencia.
-¿Ves? Tenés la culpa de que a la tarde agarre a Camila y le haga hacer de todo…
-¿Se queja acaso?
-No, para nada…, también le gusta…
-Entonces no tenés que ...

... quejarte. Esta tarde la agarrás y la chupas toda… 
-¡Claro! ¡Y ella también!
-¡Jajaja! Nos vemos tesoro. Prontito.
-Eso espero…
Como nos vestimos mientras hablamos estaba listo para irme.
-¿Será mañana?
-Te digo si puedo.
En los días siguientes, Cami y Miri me llamaron 4 o 5 veces…; querían que vaya a verlas lo más urgente posible, como si hubiera un incendio. Yo trataba de calmarlas y les juraba una y otra vez que tenía muchas cosas para hacer, y que también las extrañaba muchísimo…, lo cual era totalmente cierto.
En algún momento le pregunté a Cami, elípticamente, si tenía algo para “entretenerse” cuando iba a la boutique… “¡Por supuesto que sí”! me contestó. Eso me dejó tranquilo. La adorable Yolanda estaba cumpliendo eficientemente sus tareas…, o sea que la más necesitada era la nena más chica. ¡Eso es bueno!
Al fin, el viernes les avisé que a eso de las dos y cuarto iba a estar por allí. ¡De ambas fueron los gritos de alegría!
Cuando llamé a la puerta y abrieron, casi me caigo de culo. ¡Ambas nenas, totalmente desnudas…, y con un pequeño delantalito de cocina, cubriendo apenas, tetas y conchitas! Para mí eso eran ideas de Miriam, la más “picarona”…
-¿Ves? Te recibimos muy bien ¡para no poder tiempo!
Me tomaron de las manos y me llevaron casi corriendo al dormitorio. Apenas unos besitos de bienvenida. Miriam me sacó cinto y pantalón. Como le había enseñado Camila se agachó prestamente a mamar. ¡Muy bueno! 
-¡Dale, dale! ¡A la cama! 
-¡Un momentito! Camila, ...