Mi debut como Anel - Relatos Eróticos

Mi debut como Anel

-Tienes 30 minutos para ponerte coqueta, chiquita. Te espero en el cuarto, asi que no te tardes, eh amor? 
Y tras decir esto, casi como sutil amenaza para no desperdiciar su tiempo, Felipe cerro la puerta y me dejo a solas en la oscuridad de aquellas cuatro paredes de azulejo turquesa que adornan su cuarto de baño, con la única compañía de mí nervioso y temeroso reflejo apenas visible en el turbio y opaco espejo de la pared. De inmediato eche seguro a la perilla en un vano intento de recuperar algo de intimidad y con ello sentirme más tranquilo, obtener un poco de calma para pensar claro y gozar de un mínimo de privacidad para recuperar el semblante ante semejante situación. Un golpe abrupto desde el otro lado de la puerta me hizo dar un salto y soltar un ligero suspiro casi afeminado; no obstante, sabía que el sobresalto ocasionado poco le importaba a Felipe, quien aprovecho que había conseguido mi total atención para agregar:
-Y más vale que quedes bien sabrosa porque me hiciste gastar un chingo en tu ropita y cuanta madre me dijiste que necesitabas. Ya te cumplí, ahora te toca a ti: quiero darte lo que te mereces chiquita. Así que apúrate que no quiero esperar más para agasajarme con ese cuerpecito tuyo. 
Dio una estruendosa carcajada y otra palmada a la puerta para luego alejarse con el tosco marchar de sus pesadas botas dirigiéndose a la que era su recamara hasta el otro extremo del pasillo, para finalmente azotar la puerta con tal fuerza que un ligero torrente de ...

... gotas cayeron de los orificios de la regadera todavía húmeda por la reciente ducha de Felipe. Al menos estará limpio¨  pensé lastimeramente y de inmediatamente sentí nauseas. Su comportamiento bruto, escandaloso, vulgar y casi salvaje era señal de que había consumido su substancia predilecta antes de que yo llegara a su casa; un veneno artificial del cual trágica y desafortunadamente de igual forma yo soy un ávido consumidor. Me refiero a la metanfetamina o Cristal como se conoce popularmente y que es la razón por la que me encuentro aquí, en un baño de poca mota, a pocos minutos de ser convertida en toda una mujer..
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Antes de caer en el vicio del cristal comencé fumando cannabis, después experimente con ácidos, ecstasy y por último la anfetamina, por lo que una cosa llevo a la otra: no obstante la constante en todo mi recorrido psicotrópico fue Felipe o Pipe como le llaman sus amigos más cercanos y clientes. Porque claro, un espécimen de hombre así solo podía tener como oficio el de narcomenudista Curiosamente el fue el primer amigo que hice en la High School luego de mudarme de México a Los Ángeles debido al trabajo de mi padre. Con nula experiencia del idioma yo estaba bastante aterrado por entrar a la preparatoria y el prospecto de convertirme en el hazme reír o el chico raro de la escuela por no hablar inglés era mi mayor temor. Grande fue ...