1. El chico del sauna.


    Fecha: 27/03/2021, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Anónimo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Tendria unos 18 años cuando me mudé a la ciudad capital para estudiar la Universidad, eso me resultaba una gran aventura e independencia al fin, pues a pesar de saber mi gusto por los hombres no había experimentado aún mi primera vez, ni concretado ningún encuentro con hombres. Descubrí en una vieja colonia del centro un sauna un tanto olvidado y también antiguo, el lugar era un club que frecuentaban en su mayoría hombres heterosexuales mayores y algunos curiosos al parecer. El simple hecho de ver hombres desnudos bañándose me exitaba enormemente,  jamas había estado en un lugar exclusivamente de hombres y dónde podía andar desnudo por todas las áreas, el lugar tenía varios cuartos de vapor (que era el lugar más solicitado) la zona de regaderas, una cama de masajes, vestidor común y en una área separada, flanqueada por una pequeña puerta se accedia a una alberca techada y encerrada entre grandes y fríos muros. La mayoría de los señores solo usaban  la zona de vapor pues la alberca encerrada parecía asfixiante, el agua era helada y siempre estaba sola. Parecía que solo los más aventurados y jóvenes se metían a la alberca y no podías dejar de nadar hasta entrar en calor, A mi me pareció un gran descubrimiento, pues nadar es mi deporte favorito, el hecho de tener esa gran alberca solo para mí me entusiasmó mucho, no me importó lo frío del agua y me lanzé inmediatamente quitándome la toalla, dejándome sentir por primera vez la libertad de nadar desnudo, nadé y nadé ...
    ... intensamente hasta no sentir frío, me sumergía y flotaba boca arriba con los ojos cerrados sintiendo la tranquilidad del agua que era lo único que cubría mi pene semi-erecto y expuesto sin restricciones. De un momento a otro alguien más abrió la puerta de esta zona y se metió a la alberca, mientras yo flotaba acostado  con los ojos cerrados y mi incipiente desnudez. El me miró y pareció no incomodarle, también se quitó la toalla que lo cubría y aseguró muy bien la puerta, lo que me generó morbo y exitación. Se metió al agua y empezó a nadar sin rumbo ni timidez. Se llamaba Gustavo,  era un joven de unos 30 años, delgado, piel blanca y lampiña,  que resultó ser también un excelente nadador, parecía que ambos quisiéramos llamar la atención haciendo alarde de lo bien que nadabamos mientras exhibiamos nuestros cuerpos. Cuando por fin nos cansamos yo paré y solo me quedé observándolo, indudablemente el lo notó y sabiendo que tenía un excelente y torneado cuerpo empezó a entrar y salir del agua tratando de lucir sus atributos, lo que más llamo mi atención fueron sus nalgas, eran blancas, redondas, lampiñas y daban ganas de estrujarlas y lamerlas hasta el cansancio...El se percató de mis miradas obvias e incistentes y entonces se acercó nadando hacia donde yo estaba, yo fingí no darme cuenta y rosé intencionalmente su bello cuerpo, en ese momento mi pene se despertó y se puso erecto como un submarino a punto de atacar debajo del agua, sentía como se desbordaba el deseo más intenso,  mi pene ...
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