LA CUOTA DEL PASO DE FRONTERA - Relatos Eróticos

LA CUOTA DEL PASO DE FRONTERA

Hoy junto con mis primos gemelos Jacinto y German de 18 años llegamos al último caserío antes de incursionar en los límites de Venezuela para cruzar la frontera. Donde tendríamos que negociar con los famosos coyotes, individuos que se encargan del paso ilegal de la frontera. No teníamos otro remedio que utilizar esta ruta si queríamos llegar a Colombia pues éramos simple pueblerinos sin pasaporte que pensábamos que en Colombia podríamos trabajar y ganar lo suficiente no solo para mitigar nuestra hambre sino el hambre de nuestras familias que dejábamos en nuestro pueblo del estado de Apure, éramos llaneros acostumbrados desde muy chicos a vivir de la tierra y los animales pero ahora estábamos siendo desplazados por delincuentes que expropiaban tierras de nuestros patrones a las malas dejando sin trabajo a muchos campesinos como nosotros sin donde vivir en paz.
Entonces en una tienda de aquel caserío yo como el mayor de mis primos entre a contactar a un tal “Maqueta” un individuo de unos treinta añossi mucho, de un metro setenta cinco más o menos, de apariencia escuálida “Flaco” tes blanca y cabello largo, graso de camisa esqueleto verde y un simple jeen. Este hombre discretamente me indico el camino  a seguir y las condiciones del viaje con ellos por su ruta ilegal, cobrándome la suma de 100 dólares por cabeza pero como éramos tres jóvenes  termino por aceptar  y llevarnos por 240 dólares. 
Después de la negociación nos llevaron a un vehículo viejo tipo jeep para iniciar ...

... nuestro viaje, allí esperamos un  buen rato sin mucha información, hasta que apareció una chamita de buena presencia, joven  ella de unos veinte tantos años,tan solo un poco mayor que yo, de cara bonita, tés blanca, cabello largo castaño, y ojos color miel tenia puesto una chaqueta impermeable que la cubría perfectamente del torrencial aguacero  que caía esa tarde, también jeen y tenis requisito indispensable para el largo viaje que nos esperaba, además era más bien bajita de un metro sesenta y cinco. Cargaba al igual que nosotros un simple morral,  se vía asustada y seguramente porque viajaría sola. Se sentó en junto con nosotros en la parte de atrás del vehículo, allí me di cuenta que pago 300 dólares a Maqueta por  el viaje  más de los que pagamos por los tres nosotros pero me lo calle.
Luego de un rato de espera escampo la lluvia y llego Maqueta junto con otro individuo el conductor al cual llamo “Navajita” un tipo más o menos de la misma edad de Maqueta solo que este tenía un tatuaje en su brazo izquierdo y el pelo corto. Fue entonces cuando solo con la advertencia de hacer caso iniciamos camino por algún camino destapado de la zona. Fueron casi 4 horas de camino en ese Jeep hasta una casa vieja de barro y guadua, donde pasearíamos la noche. Al bajarme del jeep el paisaje era más árido pero la lluvia seguía acompañándonos junto con frio que hacia doler las extremidades, allí afortunadamente se encontraba una señora de edad bastante noble que nos otorgó unas mantas para ...