1. El calvario de Luciana (2)


    Fecha: 17/06/2017, Categorías: Incesto Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... inexperiencia, pero aun así la arquitecta comenzó a gemir más fuerte mientras su respiración se agitaba.
    
    Emilia, a espaldas de Luciana, sonreía con morbosa complacencia en tanto acariciaba la cabellera de la jovencita, su nuca, sus orejas, su cuello, sus hombros, con el propósito de darle un placer que pujara con esa lógica repulsión que sabía estaba sintiendo al chupar por primera vez una concha.
    
    Por fin, Graciela comenzó a temblar, sus gemidos y jadeos se convirtieron en gritos y segundos después, mientras aferraba con una mano el pelo de Luciana, alcanzó el orgasmo más prolongado, intenso y placentero de su vida.
    
    La jovencita, entretanto, echada boca abajo todavía entre las piernas de la arquitecta, trataba de expulsar de su boca los jugos que debió recibir y dejarlos en la sábana, objetivo que logró merced a que Emilia andaba a los besos con Graciela, inclinada sobre ella y murmurando en voz baja vaya a saber que cosas.
    
    Pasó un momento y lo que Luciana temía ocurrió. Emilia la aferró por el pelo hasta ponerla de rodillas y le dijo a sus espaldas, pegada a ella, haciéndole sentir por detrás la presión de sus tetas:
    
    -Bueno, pichona, quiero sentir esa lengüita. –y sin más se acostó de espaldas, encogió sus piernas con las rodillas bien separadas y dijo:
    
    -Vamos, putita, ya sabés lo que tenés que hacer.
    
    Graciela entonces la tomó por ambos brazos, desde atrás, y la colocó en posición, puso su mano derecha en la nuca de la joven y presionó hasta hacer que ...
    ... su cara se aplastara contra esa vulva que esperaba ansiosa, ya mojada, ya lista.
    
    En ese momento Emilia pensó cuánto le debía a la doctora Mònica S, que con sus aplicaciones de estrógeno y hormonas le había devuelto a su concha la lubricación y, por tanto, ese placer intenso que sentía cada vez que alguna mujer, ya sea una de sus presas o alguna conquista la penetraba con uno de esos juguetes que tanto le gustaban.
    
    En ese preciso momento sintió la lengua de Luciana, que había comenzado a deslizarse primero sobre sus labios exteriores y enseguida, tras una orden de Graciela, por el interior, de arriba abajo una y otra vez. En uno de esas lamidas la lengua de la jovencita tocó el clítoris, que estaba duro y erecto, y supo que debía estimularlo para acabar con esa situación lo antes posible. Lo encerró entre sus labios en o y puso a trabajar su lengua mientras introducía dos dedos en la vagina, recordando lo que Emilia hiciera con ella cuando la había violado junto con Graciela, que no permanecía ociosa. Excitada por lo que veía se montó a las espaldas de Luciana y mientras le besaba afiebradamente la nuca y los hombres pasó su brazo derecho por debajo del vientre de la chica y con dos dedos penetró en su concha, aunque con sumo cuidado de no romper el himen. La temperatura del momento había alcanzado marcas elevadísimas y a poco que la arquitecta retiró los dedos de la vagina y se puso a trabajar el clítoris, la jovencita comenzó a estremecerse, cada vez más fuerte aunque ...