1. Mi primer piso de estudiante -3


    Fecha: 15/01/2018, Categorías: Hetero Autor: Marcos Sur, Fuente: CuentoRelatos

    No creo que hubiera podido tener más suerte encontrando mi primera casa. No la habría cambiado ni por un colegio mayor con todo lujo ni por una mansión. Era cómoda, confortable, pequeña y allí había encontrado a una chica especial, pese al bruto de su novio. Todos los requisitos para un primer año de facultad donde me iba haciendo al ambiente y a la vez me daba tiempo a mis proyectos con la moda.
    
    Un día llegué a casa con un book de fotos que me habían hecho en una agencia y las chicas lo vieron entre risas e indirectas. Nos llevábamos tan bien los tres que cada broma era bien encajada entre nosotros, teniendo un clima de amistad perfecto. Laura sugirió poner una de mis fotos con un imán en el frigorífico, cuestión que a mí no me importó y me lo tomé con gracia pues había más fotos allí pegadas.
    
    Pero de nuevo se rompió el buen rollo un viernes… llegue a casa y estaba allí Juanjo. No lo había visto desde el fin de semana anterior y tras decirle un “hola…” él no abrió la boca. Pasé y miré a la derecha, mi foto estaba en el mismo lugar pero convertida en un gurruño y con el imán en la frente. Como comprenderéis no me paré a preguntar. Marta estaba en su cuarto mirando al suelo y yo pasé al mío, sabiendo que se estaba cociendo allí. Cerré la puerta y la broca tomó forma mientras ella le explicaba que la foto la había puesto Laura y que estaba sacando todo de quicio. En fin, portazos, zarandeos y llantos que se mezclaban con los bruñidos e insultos de él. Podría haber salido ...
    ... y encararme con aquel cerdo pero sabía que mi papel era otro. Él no tardo en irse diciendo:
    
    «Mañana a las 9 estaré aquí a por ti, ¡a ver si eres capaz de quedar mal con mi familia!»
    
    Cerró de un portazo y se fue, haciendo gala de su nula educación. Yo aproveché para salir del cuarto y ver a Marta. Ella, sentada en su cama con las manos puestas en su cara me contó que al otro día tendría que ir al bautizo de un sobrino de Juanjo. Yo le intenté explicar que procurara quedar bien delante de toda su familia y que a él seguro que ya lo conocerían por su tozudez.
    
    Me daba realmente lastima la situación de una chica sensible, maja, responsable y que vivía cautiva de un ignorante con dinero. Sí, las cosas de los pueblos y las familias que muchos no entendemos en pleno Siglo XXI.
    
    Esa noche cenamos en casa sin sobresaltos, teníamos que estudiar y decidimos no salir. De vez en cuando, Laura pasaba jocosa por mi foto y hacía la señal de los cuernos con sus manos como si de un cantante heavy se tratase, mientras Marta la miraba riéndose compensando tantos malos ratos. En esa semana habíamos dejado un poco en silencio lo sucedido pero se palpaba en el aire.
    
    Laura propuso estudiar todos juntos y así no nos dormiríamos y aquél que se durmiera pagaría una deuda que escribiríamos en un papel secreto. Vamos, una chorrada de estudiante que servía de acicate para aprovechar la noche de estudio. Yo le di al papel mil vueltas entretenido en que poner y sin pensar entro en juego mi lado ...
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