1. Iniciando a mi cuñada


    Fecha: 14/01/2018, Categorías: Anal Autor: PlacerProhibido, Fuente: CuentoRelatos

    Sucedió hace unos días. El calor era extremo y tan solo el agua de la piscina y una cerveza fría conseguían aliviar la tremenda temperatura que nos azotaba. Mi novia estaba trabajando y yo, que ahora estoy en paro, me quedé en casa como de costumbre, aunque esta vez en compañía de su hermana pequeña, que justo acababa de cumplir 18 y está en su pleno esplendor corpóreo. Debido al calor decidimos ir a la piscina así que, como de costumbre, fui a la nevera a por unas cervezas frías antes de meterme en el agua. Para cuando volví a la piscina, mi cuñada ya estaba allí. Se había puesto un bañador muy ajustado, que realzaba enormemente su prieto culo y sus pequeños pechos, que en contacto con el agua habían decidido manifestarse con un endurecimiento de los pezones.
    
    Ella nadaba, buceaba, se divertía mientras yo miraba con lascivia su cuerpo juvenil. Pensé en mi novia, y en lo poco que se parecían físicamente. Mi novia es una chica muy atractiva, tiene unos pechos enormes y preciosos, un cuerpo lleno de curvas y para colmo, un desenfreno y una pasión sexual increíbles. Pero la mente siempre pide más, el deseo de obtener aquello que no nos está permitido, y ese deseo se manifestaba físicamente delante de mí. Yo sabía por conversaciones con mi novia que mi cuñada aún era virgen, apenas había tonteado con un par de chavales, pero poco más. Y la verdad es que eso me excitaba aun en mayor medida.
    
    Se acercó hacia mí y me pidió una cerveza...
    
    -Ya tengo 18 años, ¿así que por qué ...
    ... no me das una? - dijo ella.
    
    -Está bien Judith, coge una si quieres - le contesté.
    
    Sin darnos cuenta pasaron las horas, y aquella cerveza solitaria se convirtió en varias con lo que acabamos bastante borrachos en la piscina. Al mirarla noté esas mejillas sonrosadas que se les ponen a las chicas cuando están ebrias y excitadas. Y entonces… sucedió...
    
    Me acerqué a ella y la cogí del culo, besándola con fiereza. Lejos de rechazarme me contestó con bastante pasión y mientras jugaba con su lengua en mi boca sus manos se dirigieron a mi polla, que ya estaba durísima, y empezó a masturbarme. Me dijo que tenía la polla enorme, que nunca había visto una así.
    
    -Puedo chupártela? - me dijo
    
    -Claro, le dije, mientras me incorporaba y me bajaba el bañador.
    
    Ella miró mi polla erecta y tras tocarla un poco empezó a engullirla. Apenas le cabía la mitad en la boca, pero la devoraba con ganas.
    
    -Judith, estás segura de esto? - le dije, mientras jadeaba por el francés amateur que me estaba haciendo.
    
    -Sí, nunca te lo he dicho, pero desde que te vi por primera vez con mi hermana me has gustado, me he masturbado muchas veces pensando en ti. Envidio a mi hermana por poderte disfrutar cada día, pero ahora estamos aquí solos los dos. Y aunque sé que quieres a mi hermana y no la dejarías por mí, quiero que por lo menos mi primera vez sea contigo. Quiero que sea tu polla la que me desvirgue - me contestó.
    
    La besé y le propuse salir de la piscina, y allí, sobre la mesa del jardín, ...
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