Una pequeña enfermera puta II - Relatos Eróticos

Una pequeña enfermera puta II

Una pequeña enfermera puta II
La noche que el jefe Leo me hizo su puta en el hospital, fue una noche inolvidable, me lleno de sus mocos en la panocha y además en la boca, pero estamos de acuerdo que ese aroma es inconfundible, y aunque mastique un chicle percibía como mi boca olía a verga y leche de hombre, además de que andaba sin pantaleta porque Leo se la quedo y mi coño empezaba a vaciarse de su lechita y mojaba el uniforme, pero era ligero aroma a puta que despedía mi panochita.
Esa mañana me fui a mi casa a descansar y sin esperar que pasaría después de ese encuentro inesperado y cachondo, al día siguiente del descanso, me prepare para mi guardia nocturna, un buen cachetero de algodón para que mi jefe cumpliera su promesa y mi brasiere de encaje con broche al frente para que se abriera rápido y dejara escapar mis tetas para el.
Todo transcurría normal en la  guardia, las compañeras me saludaron bien pero cuando llego Leo, mi corazón latía al máximo y solo me saludo de lejos y sin más que cortesía. La guardia avanzo y de repente el jefe desapareció del piso, yo solo seguí con mis labores, pero en el momento menos esperado, lo vi y me llamo al pasillo, fui obediente a mi macho y me dijo: Te deje algo en el cuartito donde cogimos, cumplí y te toca cumplirme, mi coño se mojó solo de pensarlo, me apresure y al llegar estaba mi pantaleta blanca que me haba quitado Leo hace dos noches, pero en el puente de algodón, estaba un líquido tibio de olor inconfundible, eran una ...

... buena cantidad de semen de mi papi, fresco y para mí, me baje el pantalón rápido y me cambie  mi cachetero por la pantaleta, sentía la humedad en la entrada de mi vagina y eso me calentaba, le deje mi cachetero ahí, esperando que él lo recogiera después y mientras me acomodaba el pantalón, entro Leo, con el cierre abajo  y sacándose la verga y me dijo: Dale un besito a tu verga  que te extraña, me acerque y la mame unos minutos y después le dije que nos iban a descubrir, solo la guardo y me recordó que al día siguiente nos íbamos juntos, tomo mi cachetero y se lo llevo. Salí del cuartito unos minutos después con mucha leche en mi panocha y sabor de pito en la boca.
A la mañana después de checar mi salida, empecé a caminar a la salida del hospital pensando que encontraría a mi macho, pero no fue así, pensé en regresar a buscarlo, pero decidí salir e irme a mi casa  a  unos metros de la salida del personal lo vi, estaba uniformado aun y frente a su auto, me abrió la puerta y nos fuimos, mientras íbamos alejándonos del hospital el acariciaba mis piernas y mi panocha por encima del uniforme, creo que notaba mi humedad y mi calentura porque ya abría mis piernas para que me tocara sin restricciones y le decía: Toca tu premio papi, y el buscaba mi hoyito para jugar con el.
Llegamos a un motel cercano y después de pagar, me hizo subir las escaleras para que viera mi par de nalgas moverse a un ritmo de puta esperando su verga, me acaricio el culo y al final me nalgueo, llegamos a la ...