1. La putita de las comisarías


    Fecha: 12/01/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... obligaron a recostar mi torso sobre la mesa, me esposaron por detrás y dijeron: ahora vamos a saber la verdad, me separaron mis nalgas y comenzaron a meterme sus dedos ensalivados mientras se reían y decía uno: por este culito ya anduvo gente jajaja, pero igual es apretadito y sin pelitos como me gustan a mí decía el otro. Yo lloraba y les pedía por favor que me dejaran, que yo no había hecho nada. Comenzaron a darme palmadas muy fuertes en mis glúteos produciéndome un dolor que me hacía gritar: ¡Gritá, gritá que aquí nadie te va a escuchar, gritá que eso me calienta más! Y me metieron una verga en la boca: ¡vamos chupá, chupá que a vos te gusta, putita!Mientras tanto el otro me clavó su verga en mi culo y me empezó a bombear muy violentamente y me insultaba y volvía a darme nalgadas. Se cambiaron de lugar un par de veces. O sea el que me cogía el culo pasaba a coger mi boca y el otro a cogerme el culo. Estuvieron dándome verga como una hora hasta que con unos quejidos groseros e insultos me acabaron uno en la cara y el otro sobre mis manos y la parte baja de mi espalda. Se acomodaron la ropa y avisaron a los policías que me habían recibido que era su turno. Así que entre risas y felicitaciones entraron los otros y volvieron a someterme violentamente con golpes e insultos. Cómo los segundos eran más jóvenes estuvieron como dos horas cambiándome de posición y jugando conmigo como un juguete sexual hasta que se acabaron sobre mí y salieron dejando la puerta abierta.
    
    Tirado ...
    ... en el piso escuché que se preguntaban entre ellos qué les había parecido la putita y se reían y comentaban y que había que avisarles a otros dos. Yo me puse a llorar pensando que faltaban dos más por cogerme pensando que no iba a aguantar ser vejado nuevamente. Al rato escucho que los otros dos no podían dejar su puesto: "¡qué les lleven a la perra!" gritaron. Así que entraron dos de los que me habían violado, me levantaron con brutalidad y me llevaron cada uno de un brazo, casi que yo ni tocaba el suelo, aún esposado y cubierto de leche hasta el patio donde se encontraban los últimos dos policías... eso pensaba yo.
    
    Cuando bajamos una escalerita que llevaba al patio escucho un estallido de voces de hombres que gritaban, aullaban, insultaban y aplaudían. Los que me llevaban me tiran al suelo y me obligan a ponerme de rodillas al medio de mis siguientes violadores. Siento que me tironean del pelo y me levantan la cabeza y no puedo creer lo que veo. Los gritos de hombres que escuchaba, provenían de una de las celdas de la comisaría y eran como diez tipos presos que estaban presenciando cómo abusaban de mí restregándome sus vergas por mi cara y me obligaban a chupárselas alternadamente hasta que se pusieron duras como para poder cogerme. Los presos estaban enardecidos y pedían mi culo para también abusar de mí, muchos ya estaban pajeándose y me gritaban: mirá mamita que buenas pijas te vamos a meter, también vas a ser nuestra putita... yo miraba aterrado y ya ni siquiera podía ...