1. De camino a casa en el autobús


    Fecha: 11/01/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: HoracioS., Fuente: CuentoRelatos

    Llevaba ya 7 meses la tregua filial a su pedido.
    
    Que la "cuestión de piel" había desaparecido, que no era correcto, que no había feeling, que las dudas, que los motivos, que la realidad, que la dejara en paz. Igual seguíamos saliendo todas las mañanas en mi automóvil para el trabajo, como cada día de los últimos 3 años.
    
    Ella contesto mi cotidiano "Buen día, te amo" con un inaudible "Hola".
    
    Y arrancamos. En esa época el invierno de Buenos Aires extiende las noches más allá de las 7.00 h en la mañana y el frio se hace importante. Apenas el reloj marca las 7.25 h empieza nuestra rutina. Dejamos el auto y juntos llegamos hasta la parada del micro. En el viajábamos hasta el trabajo, desde el sur hasta pleno centro de la ciudad.
    
    Pude convencerla de cambiarnos desde el viejo micro al actual, mucho más moderno y confortable. No había tenido otro motivo que la comodidad. Asientos contiguos, final del pasillo, 1 hora larga de viaje tedioso y rutinario. Sí, es cierto dormíamos juntos. Bajábamos y cada uno a su tarea.
    
    Diez pisos son una gran diferencia de perspectiva y realmente nos perdíamos en el trabajo hasta las 19.30 h.
    
    El regreso solía ser también aburrido y olvidable. El invierno lo hacía oscuro. El chofer decidió apagar las luces generales y dejar que los viajeros usaran las individuales. Teníamos calefacción y música y poca distancia entre uno y el otro. Y muy poca luz. “Hace mucho frio, tengo las manos heladas”. Fue un comentario normal. Amable. Al fin de ...
    ... cuentas siempre fuimos buenos compañeros de viaje. No recuerdo si lo pensé pero le sugerí poner su mano en mi bolsillo. Pienso que creyó que me era indiferente. Era evidente, para ella, que su presencia y su cercanía no alteraba ya mi ritmo cardiaco. No lo pudo soportar. Note que se enojaba pero se encamino a "calentar" su mano de acuerdo al ofrecimiento.
    
    Mientras tanto el resto de los ocupantes iniciaban su rutinario sueño. Quiso saber si todavía reaccionaba a su presencia y corrió la mano más cerca de mi miembro. Un poco más. Estaba sobre mi vello y seguía sin notar ninguna actividad.
    
    A esa altura no reconocía mi comportamiento, era raro el control que estaba teniendo sobre mis deseos, (me costó no haberla violado hacía más de 6 meses).
    
    "¿Que estás haciendo?, si querés tocar, toca, pero por lo menos seamos sinceros".
    
    Me miraba sin creer en la evidencia.
    
    El portentoso mástil que la enloquecía se negaba a responderle. Estaba al borde del llanto.
    
    "¿No quedamos en que ya no había "cuestión de piel? ¿Estuviste 7 meses tratándome como perro faldero, usándome de "trapo de lágrimas" y ahora te sorprende que no te desee?"
    
    Mientras decía esto me reacomode en el asiento y el juego cambio. El movimiento deposito su mano justo sobre mi pija que no estaba muerta, ni mucho menos. La encontró dura como nunca, impresionante, caliente y jugosa. Apenas se dio tiempo para sonreír.
    
    “¡¡¡Estaba del otro lado, turro!!!"
    
    Exasperada y caliente, bajo el cierre del pantalón y lo ...
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