1. Haciendo travesuras con un taxista


    Fecha: 19/02/2021, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Astrid Carolina, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Hola, soy Carla, vivo en la ciudad de Arequipa – Perú,  tengo 51 años y actualmente me encuentro separada de mi esposo. Desde jovencita siempre he sido muy activa sexualmente y ese fue uno de los principales motivos de mi separación. El relato que les daré a conocer sucedió hace ocho años atrás cuando aún estaba casada. Una locura mía con un buen taxista llamado José Luis. El relato va de la siguiente manera.
    
    Era 10 de marzo del 2013 (la fecha la tengo grababa muy bien) y los chicos habían iniciado el año académico una semana atrás y las mamás del salón decidimos reunirnos a las 6 pm. en la casa de María para ver algunas actividades a desarrollar por la graduación de nuestros hijos. María vivía lejos, cerca al aeropuerto.
    
    Mi prima Kristel, que vive en Socabaya,  me había invitado a almorzar y entre los chismes que vienen y van  la hora me fue ganando y eran ya poco más de las 5 y 30 pm. Me despedí y salir a tomar un taxi. Apenas salí de la casa, divise un tico (vehículo muy usado para prestar servicio de taxi en Perú) que estaba dejando unos pasajeros, así que decida me acerqué y apoyándome en la ventanilla del copiloto le dije.
    
    C: maestro, cuando me cobra la carrera hasta la altura de la Iglesia del Nazareno en Zamácola?
    J L: Humm, hasta Zamácola.  Bajó el volumen de la radio y miró de reojo mi escote generoso. Ya, treinta solcitos no más.
    C: ¿Tanto?  Le dije. Me acomodé un poquito los tirantes de mi sostén y le dije le doy veinticinco.
    J L: Veinticinco?
    C: ...
    ... Es que es todo lo que tengo.
    J L: veintisiete y la llevo.
    C: veinticinco le dije mientras me iba hacia atrás mirando si habían otros taxis y en efecto sí habían otros dos estacionados y hasta tocaron la bocina como para ofrecerme sus servicios.
    J L: Bueno ya, está bien. Suba.
    C: Gracias le dije.
    
    Al entrar, metí primero mi pierna izquierda con cuidado ya que al abrir las piernas se me podría ver el calzón. Estaba con una falda corta. Una vez sentada puse mi cartera encima para que no se gane con mis piernas. Cerré la puerta.
    
    C: ¿Tiene SOAT su carro no?.
    J L: Claro que sí señorita, y también seguro contra robos y contra incendios.
    
    Me sonreí. Lo noté medio incómodo, como fastidiado al no poder vencerme en la transacción sobre el costo del servicio. Luego con voz de mando me dijo
    
    J L: Póngase el cinturón de seguridad por favor. La policía está haciendo un operativo más allá.
    
    Quise cumplir su orden pero no pude, como que estaba trabado el cinturón.
    
    C: Disculpe me puede ayudar, esta como trabado su cinturón, no lo puedo jalar.
    
    Frenó, y cuando jalaba el cinturón sin querer me sobó una de las tetas.
    
    J L: Perdón señorita.
    C: No se preocupe… está bien.
    J L: Que rico huele su perfume señorita.
    C: Disculpe pero su cinturón me aprieta mucho,  está muy ajustado, casi no me deja respirar, como que me falta aire, me voy a asfixiar.
    
    Sonrió todo coqueto
    
    J L: como este carro no tiene tanque de oxígeno, tendré que hacerle respiración boca a boca.
    
    Me ...
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