El del chat - Relatos Eróticos

El del chat

... y cambió de posición se sentó y me sentó sobre el, date!! Me dijo, cogete sola perra, me comence a mover y a disfrutar esa verga de quién sabe quién y el apretaba bien duro mis pezones hasta que terminé, me dejaste escurriendo la verga, dijo. Se levantó y me acomodó en cuatro, ahí te va por el culo perra. No! Por el culo no por favor!!! Cómo no , me dijo, yo comencé a llorar de nuevo y a suplicar, tiro de mi pelo muy duro así que lloré más y grité: no por favor!!no!!! Primero metió un dedo y lo movió en circulos, luego de sacarlo me escupió no se cuántas veces hasta que senti la punta de su verga caliente, la metió lentamente, parecía qie así le gustaba, así hasta que la senti toda adentro de mi culo, yo sentía mucho dolor y seguía llorando, el tiraba más y más de mi pelo y aceleraba el ritmo, me metió un dedo en la panocha y me dijo: estás bien mojadita, yo estaba totalmente excitada, no sé cómo explicarlo, se movía más y mas duro, sentía que esa verga en cualquier momento me iba a romper el culo, el me decía cometela!! Cometela toda!!! Y eso me excitaba más, estaba tan perdida en el placer de ...

... su verga que metí mis dedos en mi panocha y me comencé a mover, no sé cuánto tiempo paso cuando me dijo: te voy a llenar el culo de leche puta, en ese momento sentí su verga disparar su leche caliente en mi culo, ah! Ah! Gemía con au voz rasposa. Me sacó la verga y embarró  nuestros jugos en mis nalgas, me aventó contra el sillón en lo que subía el pantalón, no dijo nada pero antes de irse me dio una muy fuerte nalgada que yo grité del dolor y me aventó a la cara una bolsita de tela y se salió.
Escuché un carro arrancar y alejarse, yo comence a llorar y cuando me incorporé prendí la luz de la lámpara para ver que me aventó, era una bolsita de tela con la llave de mi departamento y un papel donde estaba escrito su nickname del chat y adelante decía: fantasía cumplida, espero te haya gustado. 
No volví a saber de el. 
Pero estoy segura que se dio cuenta que me encantó aunque el moretón de su mordida en mi cuello, las marcas de sus manos en mis muñecas, el dolor en mi cabeza por los tirones y el dolor en mi culo duraron unos días. A veces le masturbo pensando en él, nunca supe cómo es su rostro.