La única vez con mi amiga - Relatos Eróticos

La única vez con mi amiga

Renata y yo somos compañeros de trabajo desde hace varios años, nuestra amistad no tendrá mas de tres, acostumbramos comer juntos todos los días, tres veces al semana la recojo en su casa y la regreso por las noches, en muchas ocasiones hemos comido con sus novios, me ha invitado a casa de sus papás en reuniones familiares, la acompaño a comprar ropa en la hora de comida y aunque siempre me ha gustado nunca había pasado nada entre nosotros.

Ella iba a salir de vacaciones con su novio y me pidió que la acompañara a comprar algunas cosas para ese viaje, visitamos dos tiendas departamentales en las que se compró varias cosas, sandalias, dos vestidos, algunas blusas, pasamos frente a una tienda de trajes de baño y entramos a ella, los precios eran un poco altos y la atención personalizada.  Le ayude a escoger algunos para probarse y nos llevaron a la zona de probadores, me quedé afuera sentado en un cómodo sillón mientras ella se probaba uno y otro, le pidió a la dependienta que le cambiara algunos por otra talla, cuando regresó la chica, abrió la puerta del probador y me dijo que podía pasar, dando por sentado que éramos pareja, sonreí viendo los ojos de Renata que asomaba la cara y asintió con la mirada, así que entré.

Tenía puesto un bikini amarillo que dejaba admirar su cuerpo , sus tetas parecían mas grandes de lo que se veían con ropa, sus nalgas redondas y duras destacaban por el color y el modelo, se veía exquisita, mi verga respondió de inmediato, así que me senté ...

... en un taburete sin saber que decir.  Ella estaba divertida al darse cuenta del impacto que me había causado.

Después de observarse varias veces en los espejos me preguntó si me gustaba, obviamente respondí que si, que le sentaba muy bien, se paseo otro poco en el vestidor y de pronto se quitó el bra, se agachó para sacarse el calzón, yo estaba demudado, al agacharse pude observar a plenitud su culo y su coño, sus tetas eran firmes, los pezones, pequeños, erectos, mi verga no podía más, se calzó un traje azul claro de una sola pieza, le costó un poco de trabajo introducir sus nalgas en él, colocó sus tetas en la parte superior, ¡Dios! Era una vista impresionante, el calzón se le metía en las nalgas, la pucha se le marcaba perfectamente, los pezones resaltaban, nuevamente volvió a pasearse, pidiéndome mi opinión, le respondí que era un poco transparente, se puso frente al espejo para observar y dejo que en efecto, era muy transparente, comenzó a quitárselo y quedó en pelotas, se paró frente a mi, sus tetas quedaban a la altura de mi cara, yo no atinaba a decir ni a hacer nada, me quitó su bolsa que tenía sobre las piernas y se sentó a horcajadas sobre mi, al sentir mi verga dura y tiesa por encima del pantalón, esbozo una sonrisa. 

No pude más y la besé, no dijimos nada, mis manos se prendieron a sus tetas, las acaricié con desesperación, las bese alternadamente, sorbí sus pezones, bajé mis manos por su espalda hasta llegar a sus nalgas, se levantó un poco, bajó el sierre ...