1. Esther y el mulato


    Fecha: 05/07/2017, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... dispuse a ver hasta donde llegaban los acontecimientos. Pasados unos minutos mi mujer se dio la vuelta como para limpiar algo que había en el fregadero y el mulato sin pensárselo se acercó por detrás, la abrazó por la cintura y empezó a hablarle al oído.
    
    Yo no podía escuchar lo que le decía pero sí que podía ver la cara de mi mujer. Tenía los ojos cerrados ladeaba la cabeza para que el mulato siguiera hablándole al oído y besándole el cuello y en sus labios se notaba que decía. Si, si. Entonces el mulato empezó a pasarle las manos por el cuello, los pechos, la cintura, el culo, las piernas, los muslos. Volvía a los pechos apretándolos y pellizcando los pezones. Estaba dándole a mi mujer un soberbio sobeo por todo el cuerpo siempre por encima del camisón. Mientras tanto el movía su cintura hacía los lados y hacia dentro haciendo que mi mujer notará en todo su culo su polla que a todas luces estaba aumentando de tamaño. Mi mujer se estaba dejando sobar y tocar todo su cuerpo con cara de estar disfrutando y moviendo las caderas de adelante a tras para sentir la polla del mulato en su culo.
    
    El mulato estuvo sobándola como diez minutos hasta que dándole la vuelta la colocó delante de la mesa de la cocina. Agarrándola por los brazos la sentó frente a él y echándola hacia atrás la colocó con la espalda apoyada en la mesa pero con la pierna colgando fuera. Se sentó en una de las sillas y colocó otras dos a los lados de las piernas de mi mujer. Acto seguido abriéndole las ...
    ... piernas las colocó sobre los respaldos de las sillas. Algo así como la mesa de un Ginecólogo. Le subió el camisón hasta más arriba de la cintura y empezó a besar las piernas. Primero los pies, siguió subiendo por las pantorrillas. Luego empezó a besar y a pasar su lengua por el interior de sus muslos para acabar lamiendo y chupando los labios de su coño. Mi mujer ya estaba absolutamente abandonada a lo que le estaba haciendo sentir el mulato y anda que no a follado con mulatos negros etc., lo que pasa que ella dice que cada macho es distinto lo mismo que cada polla. La imagen era de lo más ardiente.
    
    Con el camisón por la cintura totalmente abierta de piernas delante de aquel mulato y acariciándose los pechos y gimiendo cada vez que sentía que su pipa era atrapada entre los labios del mulato. Llegó un momento que me di cuenta que ya no podía aguantar más y que necesitaba correrse. El mulato se dio cuenta también y para mi sorpresa le dijo. Sé que necesitas correrte. Que ya no aguantas ni un segundo más sin tener un orgasmo. Pero no voy a ser yo el que haga que te corras. Vas a hacerlo tú. Vas a masturbarte así como estas delante de mí. Quiero ver como una perra blanca como tú se masturba hasta correrse delante de este mulato. Yo no podía creerlo. Mi mujer empezó a acariciarse su coño absolutamente fuera de si, como dominaba la situación.
    
    Mientras que con una mano se acariciaba la pipa se metía dentro de su coño los dedos de la otra cada vez con más fuerza y más velocidad hasta ...
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