1. Con el Hijo de la Vecina


    Fecha: 04/07/2017, Categorías: Anal Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... cubriéndole el cuello, la piel desnuda de sus hombros al tiempo que con las manos la sobaba acariciándole las recias carnes. Respirándole al oído, el chico empezó a moverse en el interior del recto. Ella aguantó el aliento, sintiendo las entrañas abrírsele bajo el empuje del visitante atroz. Agarrada al sofá, un calor sofocante le crecía por el cuerpo, quemándola por dentro de manera imparable. Una vez acoplados el uno al otro, las entradas y salidas se hicieron más aceleradas y bruscas, empujándole el trasero al quedar fundido en ella. La mujer chillaba, aullaba dolorida pero también, por qué no decirlo, de puro placer, una extraña mezcla de placer y dolor apoderándose de ella con el continuo azote al que el joven la sometía. Tan agudo era el dolor que aquello le producía que no podía más que protestar de forma sonora y cogerse allí donde podía. Resbalándole adentro y afuera ya sin dificultad alguna, la madura notó un singular placer crecerle pese al intenso dolor inicial, una extraña emoción que la hizo reclamar mayor empuje.- Fóllame, fóllame muchacho… anda rómpeme el culo…Cegados por la pasión, ambos se movían acompasados a un mismo ritmo. Empujando uno y otro en busca de nuevas sensaciones que explorar. Sodomizándola el joven sin darle tregua, aullando la veterana cuarentona ante la fuerza arrolladora de su poderoso compañero. Tomándola del cabello para atraerla hasta su velludo pecho y lleno de sudor, la espalda femenina temblaba de pasión contenida. Cansada y ...
    ... respirando entrecortada, el brazo todavía poco desarrollado de su amigo la enlazaba amoroso por la cintura. Los oscuros y grandes pezones le dolían de tan duros como los tenía, apretándoselos ella misma entre los dedos hasta producirse algo de dolor. Un leve gemido escapó de sus labios bajo el lacerante roce que se inflingía.El chico, buscando excitarla aún más, le llevó la mano a la rajilla que empezó a masturbar recorriéndola abajo y arriba. Hundiéndose los dedos entre los empapados pliegues hasta encontrar los más secretos rincones, resbalándole poco a poco en el interior de las estrechas paredes de la vagina. Aquello resultaba altamente delicioso. La mujer gemía desconsolada, bajo el efecto persistente que aquellos dedos y el miembro masculino le procuraban en un doble ataque que la hizo caer en un profundo y placentero clímax lleno de agradables y novedosas sensaciones.- Me corro, me corrooooo… dios, qué bien me lo haces muchacho… me encantaaaa –exclamó descontrolada y en voz alta.Cayendo hacia delante, trató de descansar unos segundos en busca del necesario resuello. Mucho más grande que ella, el cuerpo del joven la cubría por entero, besándola dulcemente a lo largo del cuello y la espalda. Apenas pudieron dedicarse débiles y desfallecidos susurros, musitándose palabras cariñosas y tenues con las que animarse a seguir. Todavía lo tenía dentro, el cuerpo masculino pegado a su espalda mientras el sexo hecho piedra lo hacía a su trasero sin dar muestra alguna de querer salir. ...