SECRETO - Relatos Eróticos

SECRETO

Soy casado desde hace ya mucho tiempo, actualmente tengo 57 años. No he sido nunca infiel, aunque desde siempre me han acompañado fantasías de tipo homosexual, las que por supuesto nunca he realizado.
Hace cosa de un mes, estando de vacaciones, salí a caminar por la playa en la tarde, mi esposa no quiso acompañarme y se quedó mirando algún programa de tv. Mientras caminaba fumando por la playa se venían a mi mente aquellas fantasías homoeróticas lo cual hizo calentarme, pensé en volver a casa y coger con mi esposa, pero seguí caminando por aquella playa que comenzaba a despoblarse de gente, la noche se acercaba. Llegué hasta una dunas que se alzaban hacia el final de la playa, nunca había estado por esos lugares y eso que era la playa que solíamos visitar año tras año, en nuestras vacaciones.
Me interné por las onduladas dunas, algo me hacía seguir caminando por allí, aunque ese lugar tan desolado se prestaba para algún tipo de peligro, mi mente quería regresar a casa, pero algo que no sabía qué hacía que mis pies siguieran dando pasos. Llegué hasta un lugar en que ya no se veía más allá que cerros y cerros de arena, quise retroceder de inmediato, pero algo llamó mi atención un hombre pasó por mi lado iba completamente desnudo! no supe que pensar en ese momento y di un paso hacia atrás para volver por donde había venido, pero entonces apareció otro hombre también desnudo y con la verga erecta por lo que me fijé, no lo dudé y fui tras ellós, caminé un trecho, subí una ...

... pequeña colina de arena y al bajar vi el espectáculo más maravilloso de mi vida, tras esa colina había muchos hombres, la mayoría desnudos, algunos conversando entre ellos, otros solos fumando, algunos tirados sobre la arena y muchos teniendo sexo allí mismo! pude ver un grupo de hombres que se restregaban entre sí, se comían los penes, se penetraban. Quedé paralizado, nuevamente quise regresar de inmediato a casa, pero mi pene estaba completamente erecto y el deseo se apoderaba de mí, sin importarme ya nada más que hacer realidad mis fantasías, me quité la ropa y bajé la colina con mi erección a vista de cualquiera, no lo dudé y me uní al grupo, sentí que alguien se arrodillaba y comenzaba a chupara mi verga, mientras otro buscaba mis labios y otro se encargaba de mi culo ardiente de deseos, logré safarme de quien me besaba y me arrodillé agarrando fuerte con mi mano una de las tantas vergas que se erigían deliciosas, nunca había realizado sexo oral, pero traté de recordar como me lo hacía mi esposa y me engullí esa herramienta dura y venosa, no paré hasta sentir como mi boca se llenaba de leche de hombre, no lo dudé y me trague todo eso, que delicia, que felicidad más grande experimentaba en ese momento. Luego mientras metía otro pene en mi boca, ofrecí mis nalgas a quien las quisiera, y no pasó mucho tiempo en sentir una lengua penetrar mi ano, abrirlo hasta dejarlo a punto para recibir un trozo de carne y así fue, sentí el dolor de las embestidas, pero no paré no iba a parar ...