1. Curioseando en la web


    Fecha: 13/01/2021, Categorías: Zoofilia Tus Relatos Autor: Kikeka, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... una aberración o algo muy turbio, pero mi cuerpo insistía en tratar de probar los placeres que mis ojos veían y yo no tenía conocimiento que existían. Era algo tan bizarro eso, pero tenía los ingredientes para intentar probarlo en privacidad, mi casa a solas, tiempo y mi perro que no sabía hablar ni le contaría a nadie lo que podría suceder, que ante aquello y el hecho de que si mi vagina supiese hablar me lo pediría a gritos, opté por intentarlo pero dejándolo todo a la suerte e interés de mi perro.
    
    Entonces totalmente desnuda abrí la puerta del patio trasero, pasé a sacar una toalla sucia del lavadero y me devolví a la habitación de mis padres en donde hay un espejo de cielo a piso de unos 2 metros de ancho, en el cual pienso ellos se miran cuando hacen el amor. Tendí la toalla en el piso frente al espejo y poniéndome en cuatro sobre ella comencé a llamar a mi perro, que pronto llegó ahí comenzando a mirarme extrañado a distancia primero, pero como le hable con cariño pronto se acercó a oler mi trasero no tardando en ir a concentrarse en mi sexo, el cual olfateó hasta apegar su nariz en él pero no lo lamió. Por lo que haciéndome para atrás le pegué un vaginazo empapándole su hocico con mis fluidos, los que se relamió sintiendo su sabor y ya no dudó en hundir su lengua entre mis labios vaginales, haciéndome estremecer por las intensas cosquilllas de su cálida lengua, estímulos nerviosos que desde mi vulva viajaban al interior de mi vientre provocándome incontenibles ...
    ... espasmos que me hacían convulcionar y parar aún más mi trasero, explotando pronto con este oral en el primer orgasmo real de mi vida.
    
    Ya con lo experimentado me daba por satisfecha y consideré que no era necesario me montara para penetrarme, además que había visto lo feo que son sus penes y creo que eso era lo único que me causaba algo de repugnancia del acto mismo del coito en los vídeos que vi, pero él luego comenzó a subir alternadas sus manos (patas delanteras) en mi anca como demostrando intenciones de montarme, ante lo cual ciertamente asustada me giré para cerciorarme de sus pretensiones notando que la base de su pene estaba algo hinchada y su roja punta se asomaba desde su funda evidenciando su calentura, la que no entendí de donde podía provenir pues él nunca antes lo había hecho y deduje podía ser por el sabor o las hormonas mismas de mis fluidos que estimulaban las suyas. Pero al girarme él siguió mi posición tratando de ubicarse en mi retaguardia y yo insistía en ver su pene, pues si lo dejaba proseguir sería el primero real que mi vagina recibiría, insistiendo él ya esta vez con ambas manos tomando mis caderas y haciendo su pelvis para delante, pero pese a que percibía palpitar el contorno de la entrada de mi vagina por la calentura y ansiedad de ser penetrada, por los mismos nervios de la situación  me salí de su agarre y continué girando para ver aquel pene que me haría mujer.
    
    Dicha persecución parecía un cuento de nunca acabar, mi perro me agarraba cada vez ...
«1234...»