1. Probando mi culito en público


    Fecha: 28/12/2020, Categorías: Voyerismo Tus Relatos Autor: Juliia23, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Era uno de esos días calurosos de mayo. Aún no había comenzado el verano pero su calor comenzaba a azotar con fuerza mi pequeña ciudad. Era un sábado como otro cualquiera, había terminado los últimos trabajos que tenía para clase y tenía toda la tarde por delante. Eran las 5 de la tarde cuando, cansada de matar el tiempo viendo una serie, empecé a explorar por internet. Como siempre, mi mente calenturienta me trajo hasta esta página, donde pude leer un relato con cierto toque fetichista que me provocó bastante. 
    
    Con ávida disposición me bajé los shorts y las bragas que llevaba, dispuesta a satisfacer los ardientes deseos de mis húmedos labios. Saqué del armario la caja con mis juguetes dispuesta a coger mi vibrador favorito pero, justo antes de sacarlo, una idea sobrevoló mi mente.
    
    Junto al vibrador rojo intenso se encontraban, entre otros artilugios sexuales: mi cadena de bolas tailandesas, mi dildo rosa con ventosa y un plug anal de metal. Tras ver este último juguete y, sumado al aburrimiento que tenía esa tarde, decidí que era un buen momento para utilizarlo; pero mi excitación no me iba a permitir sólamente usarlo, quería aumentar mi calentón al máximo, quería ver hasta donde podía llegar a mojarme. 
    
    Cogí el plug con cuidado. Era más grande de lo que recordaba, llevaba mucho tiempo sin usarlo desde que lo dejara con mi anterior pareja. Era grande y pesado, con un diámetro de 3.5 cm de grosor, un cuello finito y un diamante rojo en la parte que hace de tope. ...
    ... Cogí el lubricante que guardaba, lo embadurné bien y poco a poco fui introduciéndolo por mi culito. Me costó mucho comenzar a introducirlo, llevaba demasiado tiempo sin sexo anal y no recordaba la sensación que éste producía. Estaba a punto de dejar de intentarlo cuando conseguí que entrara de golpe en mi. 
    
    El contacto del frío metal contra el interior de mi ano me produjo un escalofrio intenso, lo que sumado al placer de sentirme penetrada provocaba una sensación maravillosa. Sin perder más tiempo y con la líbido a la altura de las nubes decidí que iba a vestirme y a bajar a la calle. Decidí cambiarme las braguitas, las anteriores ya estaban empapadas y elegí un tanga blanco de hilo fino. Me lo puse junto a mi falda favorita, cogí las llaves, el movil y una bolsita (por si necesitaba quitármelo) y salí de casa.
    
    Ya en el ascensor probé a levantarme un poco la falda y me miré el culito en el espejo. Me percaté de que se veía perfectamente el diamante rojo en la entrada de mi ano, cubierto parcialmente por el hilo blanco del tanga. Esa imagen provocó que mi sexo volviera a humedecerse.
    
    Salí del portal y vi que la calle estaba bastante transitada. Era sábado y se notaba que la gente quería disfrutar del gran día que hacía. El morbo que me provocaba sentirme penetrada a cada paso que daba en la calle repleta me hacía mojarme cada vez más. Sentía como mi culo era penetrado paso a paso sin parar. Con tal nivel de excitación me estuve paseando por un parque cercano hasta que ...
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