1. Sexo en la escalera


    Fecha: 28/12/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola mi nombre es Marisela, tengo 20 años, esto me sucedió hace aproximadamente dos años y es una grata experiencia que quiero compartir con ustedes.
    
    Era un miércoles por la noche, había estado con mi novio, Luis esa noche, pero nos moríamos de ganas de hacer el amor, pero no había un sitio donde, una mujer que ardía de deseos pueda acostarse con su hombre.
    
    Llegamos a la entrada del edificio en donde vivia y ambos subimos para tomar un poco de agua, eran cerca de la media noche, bajamos lo más pronto posible y lo acompañé hasta la puerta del edificio, pero al darme un beso de despedida, aquel hombre que tenía ganas de devorarme me susurra que estaba loco por metérmela, que lo tenía loco.
    
    Luis tenía la fantasía de cogerme en la escalera del edificio, pero era algo que no me podía permitir, pues por la fragilidad de las paredes y la cercanía de los vecinos podíamos ser fácilmente descubiertos.
    
    Ante esa declaración, temblé, me estremecí y por un momento dude, pero le dije que no, que mejor se fuera. Nos miramos durante un rato a los ojos, diciéndonos mil cosas con la mirada, intuyéndonos como de costumbre, se acercó para darme otro beso -las despedidas siempre son bien difíciles- me apretó contra su cuerpo y sujetando mi cintura posó sus labios en los míos.
    
    Pasados unos segundos, yo me separé de su boca, pero volvió a apretar su cuerpo contra el mío y siguió besándome. Lo que iba a ser un simple besito de despedida se convirtió en un prolongado y ardiente ...
    ... súper-beso.
    
    Poco a poco me fui dejando arrastrar por las pasiones y pase mis manos sobre sus hombros, abrimos nuestras bocas y empezamos a juguetear con ellas mordiéndonos con los labios en un beso más que frenético. Me sentía en la gloria sintiendo cómo nuestros labios se mordían y se saboreaban con ganas.
    
    ¡Que beso más rico! Después mi boca fue invadida por su lengua en busca de la mía que la recibió con ganas. Seguíamos abrazados y pegados el uno al otro. Mi corazón palpitaba sobre su pecho y mis tetas se oprimían contra él fuertemente.
    
    Sus manos pasaron a mi cintura, acariciando después a mi espalda, a mi cuello y mis hombros. Aquel beso era más que increíble y yo deseaba que no se acabara nunca, me estaba estremeciendo en el mismo epicentro de mi sexualidad.
    
    Me dejé llevar por ese beso volcánico y mis uñas y mis dedos comenzaron a anidar en su pelo mientras me concentraba con los ojos cerrados en el fantástico beso. Su habilidosa lengua succionaba la mía mientras que sus labios mordían una y otra vez los míos. Me besaba tan bien que me calenté.
    
    Su mano bajó hasta mis nalgas y empezó a acariciarlas por encima de mi vestido, poco a poco comenzó a subirme el vestido y perdí totalmente la cabeza cuando su mano derecha se internó y comenzó a subir por detrás de mi muslo, introduciéndose bajo mi hilo dental, la mano izquierda imitó a la diestra y yo estaba que moría, había pasado la frontera y no podía regresarme, ya nada me importaba.
    
    Con mucha ternura, me alejó de ...
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