1. DIVERSIón asegurada.


    Fecha: 26/12/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    La conocí en uno de esas páginas de contactos que abundan en la red. Diversi (la llamaré por parte de su nick), era una mujer once años mayor que yo (tenía 43), pero en cuanto me permitió ver sus fotos, me di cuenta que era la típica chica que cuando tenía veinticinco todavía le tendrían que pedir el carnet para entrar a las discotecas. Su cara la habría firmado cualquier chica de veintitantos, y su cuerpo....medía 1.63, tenía algún kilito de más, pero muy bien repartidos. Unos pechos, de una talla 110 aproximadamente, que a mi me volvian loco y un trasero que se movía de una manera al verla caminar contoneandose, que hacía imposible no mirarla cuando pasaba por tu lado.
    
    Como os acabo de comentar, la conocí en una página de contactos, estaba casada, era feliz con su marido, pero en el aspecto sexual...algo fallaba, cansada de intentar arreglarlo, recurrió no sin algo de remordimiento a estos lugares para llenar ese hueco que tenía en su interior. Estuvimos hablando un tiempo, ella me dejó clara sus condiciones (no queria ningún niñato que la mareara, ni se encaprichara con ella), y yo le dejé claro las mías. Después de unas cuantas sesiones de chat que acabaron en malas condiciones y a horas intempestivas, decidimos que ya era el momento de quedar, ya estaba bien de desear tocar nuestros cuerpos y quedarnos con las ganas de compartir sudores, esto había que rematarlo.
    
    Quedamos en un hotel de una ciudad que estaba en el punto medio entre las nuestras (así ella no ...
    ... tendría problema para deshacerse de su marido y yo podría ponerle alguna excusa a mi novia), a eso de las doce del mediodía. El plan estaba claro, yo entraría al hotel, recogería las llaves de la habitación, le enviaría un mail con el número y esperaría. No tardó más de 20 larguísimos minutos (o eso me pareció a mi) en llegar. Yo mientras tanto, intenté calmar los nervios viendo alguna chorrada de la tele y fumándome un par de cigarros.
    
    Tocaron a la puerta y abrí, no me hizo falta preguntar, sabía quien me esperaba. Ahí estaba ella, con un vestido corto de verano de color verde, que dejaba ver sus hermosas piernas y un escote, que insinuaba esas montañas que deseaba escalar con mi lengua. Esos pechos que tantas veces había querido tocar cuando los veía por la cam. Ella sonreía nerviosa, era normal, yo también lo estaba, pero estaba encantadora mirando hacia abajo mientras sonsería con esa mueca que hacen las niñas cuando saben que están haciendo algo malo.
    
    La invité a pasar, cerre la puerta y sujetándola de la nuca, la besé. Rodeé con mis manos ese maravilloso culo y la atraje contra mi. Cuando me separé, me pidió que tuviera paciencia, que era la primera vez que le era infiel a su marido, y que necesitaba tiempo. Decidí sentarla en la cama para seguir besándola, mientras la tranquilizaba diciéndole que conmigo estaría bien. Me estaba costando contenerme, ella quería que fuera despacio, pero mis manos estaban ansiosas por tocarla, sentirla y hacerla estremecer. Le susurré al ...
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