1. El villerito 6: cambio de rumbo


    Fecha: 24/12/2017, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    En el laburo cantaba, mientras pasaba la aspiradora, mientras limpiaba los mingitorios. Mis compañeros, casi todos villeros, se extrañaban. Ellos sabían que Eli y yo éramos pareja y que andábamos en problemas. -Qué te pasó anoche nene, Elías te cogió mejor?-, me decían. El Pity siempre me había mirado el orto con deseo, estaba rebueno, los compas lo llamaban tres piernas, se acariciaba el bulto y me miraba a los ojos, desde que Elías no vino más a trabajar me tiraba onda. Esa noche se animó a tocármelo, mientras me susurraba a la oreja -hoy que estás re onda, te dejás Claudio?, en el baño de Gerencia podemos- Me quedé pensando. Gonzalo no me había mencionado que no podía coger con otro. Con los 21 cm de Gonzalo había gozado como loco, sería lo mismo con los del Pity? Lo miré directo. Me tenía que cuidar que después no contara. -Vos también te dejás? -Hoy no tengo ganas de dejarme Claudio, pero otro día me dejo. -Entonces andá a cogerte a tu hermana y otro día yo me dejo. -Bueno, está bien, me dejo. Fuimos a la gerencia, nada de baño, corrí con cuidado los papeles del escritorio del Gerente, me bajé los pantalones y el slip, el Pity hizo lo mismo. El sobrenombre era cierto, la tenía más larga y más gruesa que la mía, tan gruesa como la de Gonzalo. Me incliné sobre el escritorio y me abrí los cachetes. Me lo chupó un poquito y me lo escupió bastante. Me la clavó. Al principio como siempre me dolió, como me dolió la de Gonzalo. Después esperé el placer infinito que me había dado ...
    ... una verga larga y gruesa. Pero no vino. Estaba rico y me estaba recogiendo bien, pero yo sentía lo mismo que cuando me dejaba en la villa, quizá un poco de lo que me hacía sentir Elías, la explosión de sensaciones únicas que me había hecho vivir Gonzalo no llegó, tampoco eyaculé. Me acabó, sentí la leche caliente adentro, pero ni pizca de la paz maravillosa que me hacía sentir la leche de Gonzalo. Decir que no me gustó comerme 25 cm, sería como decir que a un puto no le gusta la pija. Pero fue un polvo más, sólo eso. Fue mi turno. El Pity me la miró preocupado, yo la tenía durísima, el morbo de la cogida me había excitado. Ocupó mi lugar, me dijo "despacio que lo tengo cerrado". Le metí toda la saliva que pude con los dedos. Se la clavé, gritó más de lo que debería haber gritado. Le di un segundo empujón y volvió a gritar con el mismo entusiasmo. 10 cm de mi pija ya estaban dentro de su culo. De pronto sentí que la puerta se entornaba y dos pares de ojos se cruzaron con los mios. Pudieron ver mi verga enterrada a la mitad en el morenísimo y pequeño culito del Pity, que gemía de dolor sobre el escritorio. Enseguida cerraron, bien despacito. Pity no se enteró de nada, le dolía demasiado para prestar atención. De a poquito le entró toda y a los 5 minutos el Pity estaba gozando como toda un puta. Del otro lado de la puerta, 4 orejas escuchaban, 2 bocas sonreían. Tardé media hora en acabarle y lo hice porque me puse a pensar que Gonzalo me estaba rompiendo el culo. El papel de la ...
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