1. Mi amante secreto


    Fecha: 26/11/2020, Categorías: Zoofilia Tus Relatos Autor: Anonima, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Les voy a contar algo que durante mucho tiempo me hizo sentir una pervertida sexual y con mucho sentimiento de culpa hasta que pude asumir la realidad y finalmente entregarme al placer sin culpas ni tabúes. Todas las tardes cuando volvía del colegio secundario me abstraía en mi habitación ya sea escuchando música mientras me cambiaba la ropa o a leer una revista de moda, y todo eso ante la mirada de mi compañero de cuarto que no era otro que mi perro Tom. Era un labrador que habíamos traído de cachorrito a casa luego de unas vacaciones. Una tarde mientras me cambiaba de ropa era tanto el calor que hacía que opté por quedarme desnuda, eso podía hacerlo con cierta tranquilidad porque mi padre trabajaba y mi madre se iba al colegio a acompañar a mis hermanos. Un día comencé a notar que Tom cada vez que me desnudaba comenzaba a jadear sin parar y gemía mirándome. Cansada de ese jadeo y llanto le arrojé mis bragas que fué lo que tenía más a mano para arrojarle para que se callara de una vez. Tom comenzó a oler mis bragas y las lamía con desenfreno y sin parar. Ahí me dí cuenta que era mi olor vaginal lo que lo atraía, como todas las mujeres saben que en la adolescencia nuestro flujo vaginal es fuerte. La curiosidad de mis 17 años y mi alto nivel hormonal fueron los que me animaron a acercarme a Tom para constatar si era real lo que pensaba que lo atraía, noté además que su miembro enorme estaba afuera y goteaba un líquido que en un momento pensé que era pis. Me sentè en un ...
    ... puff que había en la habitación mientras Tom se acercaba cada vez más hacia mí apoyando su hocico húmedo en mis rodillas. Casi con miedo pero con mucha curiosidad comencé a abrir mis piernas hasta dejar mi vagina abierta frente a la lengua jadeante de Tom. Fué solo un segundo y Tom comenzó a pasar su caliente lengua por mis labios vírgenes ya que no había tenido sexo con ningún chico aún. Era tal el placer con que el perro lamía que me asusté de que alguien pudiese entrar a mi cuarto además de lo extraño de esa situación. Recuerdo que entré al baño de mi cuarto y me senté en el bidet e hice correr el agua fría por mi vagina que estaba en llamas y mi corazón latía a mil por hora. Luego de esa experiencia no le permití la entrada a Tom a mi cuarto para no sucumbir ante la tentación pero se lo pasaba toda la noche gimiendo y raspando la puerta que una noche mi madre me dijo: "seguro que le estás dando golosinas dulces por eso quiere entrar". Si supiera mi madre que "la golosina dulce" que más deseaba Tom era mi vagina caliente y jugosa. Le permití entrar y éste aprovechaba cuando me dormía para subir a la cama y acostarse a mi lado. Una noche estaba tan excitada que no resístí la tentación de tocarme para apaciguar el ardor que provoca el gran deseo sexual de nuestra naturaleza divina, Tom estaba dormido y al despertar por mis gemidos y verme en esa situación comenzó a lamer mi vulva pero esta vez lo dejé que hiciera. Fué tal la intensidad del orgasmo que sentí que pensé que me ...
«12»