1. Las mujeres de mi flia politica (7)


    Fecha: 21/11/2020, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Incubus Demond, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... dijo
    --Tenías razón tío. No pude comerme toda tu verga. No me entro más que, creo, la mitad o menos…no sé.
    --No amor, creo que te entro un poco más de la mitad.
    --Pero no pude toda…este cuerpito de mierda que tengo!!!
    --Ya bebe, ya…vas a crecer y vas a poder. No arruines por una pavada la cosa que más querías y que lograste hoy. Querías mi verga y la tuviste y bien que la acabaste…
    --Ji ji ji… Sí, es cierto…y lo goce mucho. No fue tan al pie de la letra de como lo había soñado, pero al menos en disfrutarlo, fue tal cual lo soñé.
    --Me alegro princesa. Vos más que nadie mereces gozarlo.
    --Me arde la puchita, tío
    --A ver mi amor, bajate y déjame verte.
    Ver salir mi verga de su vagina fue majestuoso. El sumun del morbo lujurioso ofrendado en el altar del incesto. Fui consciente en ese instante que eran momentos únicos e irrepetibles. MI pija comenzó a salir y con ella una mezcla de semen con unos hilos de sangre. Contemple esa vaginita desmesuradamente abierta, en comparación al cuerpito de mi sobrinita. Ahora que lo escribo después de tanto tiempo, pienso. Lástima que no existían celulares en ese tiempo, para capturar para la eternidad de ese momento que hoy, solo vive en mis recuerdos.
    --A ver linda, acá tengo una toalla déjame limpiarte.
    --Auch tío, ahora duele más que cuando la tenía adentro. Siento como que me partiste al medio. Y es verdad lo que dijo mi hermana. Parece como que estas adentro todavía.
    --Espera, te voy a poner un poco de esta pomada, para el ...
    ... dolor.
    --Es la que le pusiste a mi hermana?
    --Si.
    Puse un poco la pomada en mi dedo y comencé a pasárselo por toda la conchita. Los labios externos y de a poco fui metiendo más mis dedos para que la pomada anestesie su vagina y calme el dolor. Estaba muy concentrado en lo que hacía y de pronto levanto la vista y me vuelvo a encontrar con esa mirada tan particular que tiene mi sobrinita. Es una mezcla de ternura, vergüenza, excitación y lujuria…
    --Que pasa bebe?
    --Esa es la pomada que le pusiste a mi hermana ayer?
    --Si amor, ya te contesté que si…
    --Hace muy bien, casi ya no siento nada. — y agarrando mi mano y la llevo hasta su ano.
    Me saco el pomo de los manos. Lo abrió. Todo sin dejar de mirarme. Volvió a tomar mi mano y puso un poco de pomada en mi dedo mayor.
    --Poneme pomada en la colita tío… para que no me duela tanto.
    Mi verga semi dormida dio un respingo. Ya no intentaría decirle que no. Ahora yo era el que quería. Comencé a meter mi dedo despacio. Entro con facilidad. Intente poner dos. Torció la cara, pero agarro mi mano cuando intente sacarla.
    --Seguí tío.
    Los dos dedos tras unos segundos de trabajo, también entraron. Su ano se dilataba y puse un tercer dedo. Lo metía lo sacaba, hacia hacia los costados y cuando ya creí que estaba suficientemte dilatado la acosté de cucharita, como a la hermana, como a mí más me gustaba.
    Su cuerpito se perdía en mi abrazo, ella sola junto sus pies y los puso entre mis piernas.
    --Haceme tuya tío. Rompeme la colita. Sé que ...
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