1. Ana


    Fecha: 21/12/2017, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Con mucho esfuerzo y la verdad, mucho curro, por fin conseguí hacer realidad esa fantasía que desde hacia tanto tiempo me rondaba la cabeza, y no era otra que la de ver a mi mujer con otro hombre en la cama. A pesar de lo mucho que yo sacaba el tema, ella siempre rehusaba diciéndome lo mucho que me quería y que no necesitaba a otro, pero yo sabia que lo decía con la boca chica, y como no conseguía quitarme la idea de la cabeza, cada vez que podía atacaba insistentemente. Como dice el dicho, "el que la sigue la consigue", y así conseguí introducirla poco a poco en el tema liberal, visitando muchas paginas de ese ámbito en internet y así obtuve su permiso para poner un contacto buscando un chico para realizar un trío, con la condición de que no haríamos nada que ella no quisiese hacer. Ella decía que no quería realizar la penetración, pero que estaba dispuesta a los juegos y a los tocamientos. Para mi una de mis mayores y mas excitantes fantasías era ver como mi mujer tocaba y masturbaba hasta correrse a otro hombre, pues ya que nos conocimos muy jóvenes, yo he sido el único hombre para ella.
    
    De las muchisimas respuestas que recibimos, finalmente nos quedamos con 3 de ellos y tras darnos las direcciones de correo e intercambiar e-mails y fotografías, nos decantamos por uno finalmente, que por varias razones era el que más le gustaba a Ana.
    
    Comenzamos unas sesiones de chat con él, que la verdad nos contamos nuestras fantasías y hablábamos mucho de sexo y a Ana yo la veía ...
    ... cada vez mas convencida y sobre todo esto hacia que durante el tiempo que duro esto del chat, pegásemos unos muy buenos polvos, imaginándonos que era Antonio el que estaba con nosotros en la cama.
    
    Finalmente y antes de que mi mujer se enfriara con el tema, y como la ciudad de Antonio no distaba mucho de la nuestra, reservé un hotel allí y nos fuimos una tarde para allá. Cuando llegamos y tras alojarnos, llamé a Antonio al móvil para decirle que si quería que nos conociéramos y tomar un café tal y como ya habíamos quedado en el chat.
    
    A los 15 minutos ya estabamos los tres sentados en una céntrica cafetería, a mi mujer la notaba muy nerviosa. No perdí detalle cuando apareció Antonio por la puerta y como mi mujer no podía evitar el ponerse colorada y más cuando este no paraba de alabar su belleza y el espléndido cuerpecillo que tiene.
    
    Charlamos como viejos amigos, pues no en vano ya nos conocíamos de sobra por el chat, de todo menos del tema sexual.
    
    Poco a poco Ana se relajó (total, solo era un café), y se mostró mas abierta, comenzó a reírse de las cosas que Antonio contaba y así me fui dando cuenta de que a ella le gustaba, por lo que a pesar de que habíamos acordado que en esa ocasión no íbamos a hacer nada que solo era para conocernos, cuando intuí que situación estaba tocando a su fin, le comenté a Antonio que teníamos una reserva en tal hotel y que si le apetecía subir con nosotros a la habitación. Un frío silencio me hizo temer lo peor, y sobre todo al ver la ...
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