El engaño - Relatos Eróticos

El engaño

... llegar al extasis sexual, así con esos pensamientos mis manos encontraron mi clítoris hasta que el mismo se produjo, haciendo un esfuerzo para acallar mis gemidos.Me dejé caer en un sueño profundo de una media hora, me levanté y volví a la pileta, allí estaba mi amiga bajo la sombra, desnuda, con el libro que se había caído de sus manos dormida. Su cuerpo me excitó mi piel, se erizó, mis pezones se erectaron mi cuerpo se electrizó.Así me quedé viéndola cuando a los pocos minutos se despertó y me sonrió, yo me senté y ella me propuso nos sentáramos al borde de la pileta. Ambas seguimos recorriendo nuestras vidas en la charla, hasta que le pregunté por las amigas faltantes y sólo recibí como repuesta una sonrisa.Nos metimos en el agua seguimos conversando a poca distancia, en un momento nos tomamos de las manos, ambas enfrentadas, la distancia se fue acortando, las sonrisas fueron creciendo hasta que ambas sin saber porqué nos besamos. Rápidamente el corto beso se transformó en una mirada cabizbaja de ambas y vueltas a mirar en una carcajada.Nos abrazamos y nuestras manos empezaron a recorrer nuestros cuerpos, tal como me imaginara en mi fantasía. El silencio de la tarde sólo se interrumpió por el trino de los pájaros y los gemidos de placer que ambas no disimulamos.Te tengo que decir algo me expresó ella._Mis amigas nunca fueron invitadas, me gustas y quise pasar una apasionante tarde con Vos, tenía miedo que me dijeras que no, si no venía otra gente.El engaño me gustó mucho.