1. Mi vida (3)


    Fecha: 18/12/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... lo llevó a su cadera y parado vestido lo culiaba por atrás y le besaba su cuello y nuca, le decía "por eso me gusta culiarte Alexito, eres arrecho y te gusta" "pronto serás todo mío" "voy a premiarte si te sigues dejándo", lo acostó en el suelo boca arriba y volvieron a culiar vestidos, pese a ello sus las telas finas de sus pijamas mostraban los penes parados, Wilson se levantó, cogió con sus manos por dentro del pijama el penecito de Alexander, le hizo paja, se llevó sus manos a la nariz, lo mismo hizo en la nariz de Alexander y se fue cerrando la puerta. Alexito volvió a mi cama, olí rara su espalda, sus manitos sobaban su culito y suspiraba, escuchaba su pechito en su acelerada respiración, creí que iba a llorar pero no fue así porque cuando su cara quedó junto a la mía sintiendo su aliento vi satisfacción en su rostro.
    
    Me volteé de espaldas a él y al rato sentí mi pantaloncito ligero de pijama que se deslizaba por mis piernas hasta quedar en mis tobillos luego mi calzoncillo finito, eran las manitos de Alexander que actuaban, me sobó mi verguita, mirándomela con su carita que estaba sobre mis hombros, agitaba mis pelotitas con sus deditos mas grandes, creo que lo hizo para despertarme, quería culiarme lo entendí así porque ...
    ... mi penecito se paró, me di la vuelta, nuestros penecitos se encontraron con nuestros cuerpitos de perfil, Alexander me puso su piernita sobre las mías, se me acercó y agitamos nuestros penes al contacto, con su dedito gordo del pie buscaba la raja de mi culo, me voltee, sentí su calorcito de su pechito en mi espaldita a más de su penecito que rozaba mi culito, se montó sobre mi casi igual como cuando lo vi en el garaje, la cama se movía haciendo ruido, me bajó al suelo, me puso boca abajo, yo me dejaba, quería sentir lo que él sentía, quería conocer lo que había visto momentos atrás, me rozó con su penecito repetidas veces mi culito, me llevó a la silla, me besaba, ahora un poco mejor porque sentía rico cómo chupaba mis labios inferiores, abrí mis piernitas, Alexander me chupaba mi penecito tanto que sentí un gustito de orinar, como siempre, orinamos por la ventana, nos acostamos quedándonos abrazados.
    
    Al despertarnos no dijimos nada, nuestro día iba ser como cualquier otro, luego del desayuno salí al patio, observé a Wilson lavar sus calzoncillos y los de Alexander, Jaime jugaba con su hermano y me sumé al juego de muñequitos y autitos, estuvimos así hasta que con alegría en la tarde vimos a nuestras madres llegar con regalitos. 
«123»