1. Laztana... "padre e hija" 2


    Fecha: 03/07/2017, Categorías: Incesto Autor: NenaJoven, Fuente: SexoSinTabues

    ... hacer un descenso en piragua, pero como eso ya lo hicimos unas semanas atrás y el agua no es de mi total agrado te quedas con la ruta en buggy "Un buggy de dos plazas para mi hija y para mí, por favor" Es lo que le sueltas al dependiente sin quitar tu mano de mi trasero y darme un juguetón piquito en la boca. La ruta es impresionante. Entre barro, piedras, árboles y tortuosos caminos. La excursión incluye comida en medio del bosque y a pesar de haber desayunado bien lo devoramos todo. Durante el retorno me dejas manejar, descubriendo que me defiendo muy bien. Cuando llegamos a la base, la noche cae ya sobre nosotros al estar aun en enero. Cansados, nos acercamos a una taberna del pueblo a cenar algo donde me recomiendo un par de tapas y me previenes de uno de los quesos que quiero pedir por su fuerte sabor, todo acompañado con una rica <sidrina>. Tras la cena entramos en un local a tomar una copa y el camarero me solicita el DNI cuando pido las bebidas "perdone joven, yo respondo por mi hija" El camarero se aleja tras encogerse de hombros y yo lanzo una carcajada. Estamos sentados en la mesa, hablando, mirándonos, perdidos el uno en el otro. Tu mano descansa sobre mis piernas avanzando por mis rodillas hacia el peligro, con la otra acaricias mi carita abriendo mi boca con suavidad y juntamos nuestros labios en un apasionado beso, intenso, largo que se ve cortado por el carraspeo de un azorado camarero que deposita las bebidas en la mesa y se marcha presuroso. Reímos a ...
    ... carcajadas. Tomamos un poco entrando en calor, entre besos traviesos rememorando el día bastante agotador, probando lo que ordenaste como unos adolescentes riéndonos de cualquier cosa. Disfrutando de nuestra compañía plenamente enamorados, sintiendo de todo. No puedo evitarlo, me levanto y me siento en tus piernas así aprovecho para darte un mordisquito en el cuello Tenerme sentada sobre tus piernas te encanta, sobre todo cuando me abrazo a ti, rodeándote por completo y puedo sentirme, embriagarte de tu fragancia. No dejamos de reír, no dejamos de mirarnos, no dejamos de comportarnos como lo que en realidad somos, dos adolescentes enamorados. El camarero ha debido pasar el rumor, porque has notado alguna que otra mirada reprobatoria, pero te da lo mismo, estas junto a ti y deseas que ese fin de semana no termine nunca. En un intermedio en que me dirijo al servicio puedes ver como varios hombres siguen mi figura con la mirada con ojos de deseo. Tras un par de copas, nos retiramos del bar, caminando. En las mejillas de ambos se notan los coloretes provocados por el alcohol, pero nos hemos retirado a tiempo. En el paseo hacia la casa, sujetos por la cintura, nuestra juerga continua, al igual que las risas y los besos, cada ratito uno de los dos se para para darle al otro un apasionado beso. Cuando llegamos a la casa, el dueño está en la recepción y nos pregunta "¿querrían el señor y su hija algo de cenar, o quizá alguna otra cosilla?" "No gracias, mi hija y yo estamos perfectamente. Tu ...
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