luis - Relatos Eróticos

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... liberarse del pantalón, lo pedía a gritos, me dolía, como pude me lo acomode para que no me lastimara dentro del pantalón mientras ella se me restregaba lo que me estaba llevando directo a las nubes, la pequeña Anita encontró rápido el gusto por frotar su vaginita en mi pene, por supuesto con la ropa puesta, haciendo movimientos de abajo hacia arriba mientras me hacía alucinar junto con ella, por fin mis manos se metieron completamente por dentro de su braga, mientras nos besábamos recorría esa hermosa entrepierna y llegaba hasta su trasero.

La situación estaba muy candente por lo que pensé “lánzate con todo”, la levante un poco y con el pretexto de que me estaba lastimando me desabroche el pantalón y como pude me saque el pene de su apretada prisión, ella alcanzo a suspirar y decir como un susurro “eso nooo”, pero no la deje que se moviera, ella tuvo un instante de lucidez e intento separarse de mí, pero yo la tranquilice diciéndole con tono de broma, “tranquila traes esto puesto” y le jale un poco su braguita, eso la tranquilizo, para ella el hecho de tener sus pantaletas en su lugar le daba confianza como si se tratara de un seguro en contra de ser cogida o una barrera impenetrable, “Tranquila,  veraz que no hay problema” le dije, fue todo lo que necesite decir, y retomamos esa deliciosa sesión de faje, en mi mente comenzó a circular la idea no solo de cogérmela, sino incluso correrme dentro de esa vaginita después de desvirgarla, idea que comenzó a volverme loco. ...

... 

Mi pene se frotaba en contra de su conchita mientras que yo con toda confianza recorría todo su cuerpecito con mis manos, lamentablemente solo podía tocar sus senos por encima de la ropa, mientras nos besábamos descontroladamente, había bajado un poco su licra y Anita nuevamente comenzó a tomarle gusto a frotar su conchita cubirta con su braga contra mi pene que estaba libre y comenzó a acelerar desenfrenadamente, la tome de las nalgas y le ayude a acelerar el ritmo, hasta que el primer orgasmo de su vida empezó a llegar con una fuerza increíble corriéndose y mojando toda su braguita y la licra que llevaba puesta. Apretó todo su delicioso cuerpecito contra mí, presionando con fuerza sus  piernas sobre las mías y levantándose un poco, actuando por puro instinto aproveche el momento y antes de que se relajara aproveche meter mi dedo en su vagina a lo que saltó y se volvió a poner su licra en el sitio correcto. Nuevamente con mi mano en su entrepierna noto que su  licra justo en la parte donde se unen la costura, tenia un pequeño agujero y al meter mis dedos se rompió y poder tocar su vaginita muy mojada Anita solo suspiraba y viraba los ojos, fue entonces que metí mi pene por ese pequeño espacio pero ella reaccionó y me dijo que eso no, que ya había sido suficiente y además que como le rompi su licra le debía una nueva.
Dicho esto logró soltarse y salió corriendo de la habitación, yo estaba con mi pene hecho piedra necesitaba eyacular para bajar la hinchazón. Pensé que Anita ya ...