1. Patricia, una vecina casada


    Fecha: 16/12/2017, Categorías: Fetichismo Autor: Dinamujermadura, Fuente: CuentoRelatos

    Hoy fue un día agitado es viernes y vamos camino a casa Julián conduce y le pido el favor de parar en el supermercado, para comprar unos víveres y un shampoo para mi cabello. Entramos y recorrimos los granos y luego me fui yo para lo de aseo personal, Julián iba a donde los licores. Al estar mirando una marca nueva mientras leía, dos mujeres se acercaron y retiraron unas cremas para el cuerpo. Las reconocí eran vecinas del conjunto y las iba a saludar cuando de pronto una de ellas le dijo a la otra.
    
    ―Hay mira Pati mira ese monumento de hombre que hay en los licores.
    
    ―huy si como a mí me gustan esta delicioso.
    
    ―Esta como para comérselo todito pati.
    
    ―tienes toda la razón.
    
    Un suspiro salió de su ser. Me voltee a mirar haber de quien estaban hablando y veo a mi Julián. Me detuve a escucharlas hablar. Bajando la cabeza para que no me reconocieran.
    
    ―Me encantaría llevármelo a la cama que rico seria estar con un papazote como él.
    
    ―Jajajaja. Ay, Pati, si te ollera tu marido.
    
    ―No, para lo que le ha de importar.
    
    ―No sé, pero creo que lo he visto ya en otro lado.
    
    ― ¿Dónde lo has visto? Porque me encantaría conocerlo.
    
    ―No mujer, usted está enloquecida.
    
    ―Ay mamita, eso de andarle siendo fiel a alguien que ni te mira… Yo sé que mi marido tiene otra, entonces.
    
    ―Será. Y, ¿qué tal que no?
    
    Y siguieron por el pasillo, mientras mi Julis volvió para continuar por el siguiente pasillo. Al llegar a la caja, aquellas ya estaban pagando en otro cubículo y ...
    ... no dejaban de mirarnos a la vez que yo, a sabiendas de sus pervertidos pensamientos, le daba besitos apasionados a mi julis.
    
    ― ¿Sabes, mi vida, que tienes dos admiradoras?
    
    ―Si ¿y eso?
    
    ―Mira disimuladamente en la caja dos hay dos monas que están loquitas por llevarte a la cama.
    
    ―Huy pero están preciosas con gusto la complacería.
    
    ―Jejejeje maldito desgraciado tú si no me respetas.
    
    Le di otro beso.
    
    ―Me encantas papacito.
    
    Ya cuando estábamos pagando las chicas salieron al parqueadero sonriéndose entre ellas y nosotros apenas estábamos pagando. Julián las volteo a mirar y ellas apuraron el paso. Nos dirigimos al conjunto. Al otro día Julián saco su carro del parqueadero y se puso a hacer unos arreglos estaba de bermudas un busito polo y chanclas. Mientras yo me tomaba un tinto me asomé a la ventana y vi a mis dos queridas vecinas que venían caminando entonces cerré la cortina para ver lo que hacían. Ambas, al ver a mi Julián, se detuvieron una casi se devuelve, pero patricia la detuvo y llevándola a rastras siguieron caminando acercándose más a donde mi gordo. Él Julián estaba concentrado en su trabajo que ni cuenta se dio de aquel par. Quienes no dejaban de mirarlo. Yo me reía de aquel par. Patricia estaba de sudadera con su chaquetica de marca y la verdad tremenda mujer, un hermoso cuerpo. La otra un poco rellenita pero muy agradable a la vista. Pasaron los días y un día que pasé por la administración me las encontré. Ambas andan para arriba y para abajo ...
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