Polvazo con un amigo - Relatos Eróticos

Polvazo con un amigo

Todo había empezado con un intercambio casual de mensajes con mi amigo de varios años, que poco a poco fueron subiendo de tono. Meses después, no había día en que no hablaramos y nos dijeramos lo que queríamos hacernos el uno al otro. Habían días que tenía que ir al baño de la oficina a relajarme, mis panties vivían mojadas todo el tiempo.

Hasta que llegó en momento en el que acordamos vernos y acabar con estas ganas que nos teníamos. Nos citamos en un hotel, de noche, y como yo estaba un poco mas lejos el llegó primero e hizo las gestiones correspondientes. Cuando yo llegué, bajó a buscarme al lobby, y me condujo hasta la habitación. Cabe destacar que actuabamos con naturalidad, como si fueramos unos novios que queríamos pasar la noche juntos, aunque por dentro me sentía a la expectativa de lo que iba a ocurrir esa noche.

Llegamos a la habitación, y contrario a lo que todos esperaban, no nos lanzamos encima el uno del otro, sino que comenzamos a charlar para bajar un poco la tensión y poder relajarnos. Luego de, digamos, 30 minutos contandonos cosas triviales, el decidió besarme y en ese momento supe que había empezado el juego. Lentamente deslizó su boca sobre mis labios y puso su mano en mi cuello, acariciandome mientras su lengua se abría espacio en mi boca. No estaba nada mal la verdad, solo me estaba besando y yo ya estaba completamente mojada. Poco a poco los besos se intensificaron y comenzamos a quitarnos la ropa. Yo sabía a lo que iba, así que me había ...

... puesto una blusa con botones delanteros, para hacerle el trabajo mas cómodo. Me subió a la cama, y arrodillados sobre el colchón comenzo a quitarme la blusa ya desabotonada, y yo aproveche de sacarle la franela para poder acariciar mejor su espalda.

Acarició mis pechos con sus manos, sin dejar de besarme y siguió bajando como queriendo grabarse mi cintura con sus dedos. Desabrochó mi pantalon y metio una mano por detrás, sintiendo mis nalgas y la diminuta tanga que tenía puesta. Estabamos fundiendonos en un intenso beso, nuestros cuerpos pegados completamente, cuando me soltó el sujetador, que se deslizó lentamente entre nosotros dejando al descubierto mis pechos. Su mirada bajó a mis senos y se relamió los labios, y luego se inclino para pasar su lengua lentamente alrededor del pezon haciendo que mi excitación aumentara (si es que eso era posible a estas alturas). Yo puse mi mano sobre su pantalon y pude sentirlo, grande, caliente y palpitante, gritandome que lo liberara y lo tomara en mis manos y asi lo hice. 

Lo acaricié suavemente mientras el chupaba mis senos y luego de unos minutos se separo de mi, me tumbó en la cama y me saco los pantalones con gran destreza. Se sacó tambien los de el, junto con los boxers y dejo al descubierto su miembro totalmente erecto que yo quería meter en mi boca y chupar hasta hacerlo acabar. Sin embargo, el tenía otros planes y vaya que le agradezco que así fuera. Tomó mis piernas con sus brazos y metió su cabeza entre ellas, lamiendo y ...