Marta la secretaria. - Relatos Eróticos

Marta la secretaria.

Tenía casi 18 años, cuándo hacia mi servicio social en una clínica del sector salud. Ya sólo me faltaban unos días para cumplir con las horas establecidas. Una tarde mientras comía algo, se acercó a mi, el director y me preguntó: eres Alex. Si le contesté. Te voy a pedir un favor, si dígame. Quiero que me apoyes en la dirección, qué ayudes a mi secretaria Marta. Esta sola y se junta el trabajo. Si está bien, le dije. Perfecto me contestó. Mañana ya te presentas con ella. Al siguiente día llegué con ella y la saludé. Buenas tardes soy Alex, buenas tardes me contestó. Se llamaba Marta, de aproximadamente unos 40 o 42 años, de piel blanca, muy bella la verdad, de poco maquillaje. De unos senos grandes, una pequeña pancita, unas piernas torneadas y unas nalgas espectaculares. Bienvenido, por ayúdame con esto, empecé a trabajar, después me indicó qué hacer más. Me hablaba poco, sólo me decía que hacer. Ya comiste me dijo, aún no le contesté. Ahora qué se vaya el director y los demás, calentamos nuestra comida. Si está bien le contesté. Cuántos días vas a estar, pocos ya casi terminó. Bueno vamos a llevarnos bien, me dijo. Claro qué si le contesté. Perdóname estaba de malas, me dijo. No te preocupes, no pasa nada. Fuimos a comer y platicamos un buen rato. Después me dijo me ayudas con un documentos, claro tú dime que hacer. Tenemos que ordenarlos por fechas, claro no te preocupes. Empezamos a platicar de varios temas y se empezó a relajar. Después de éso, me dijo, quieres un ...

... café, claro. Ven vamos a la oficina del administrador, era cómo una oficina privada, con una sala, un baño, un refrigerador, una televisión, computadora, varios alimentos. Entramos de manera casi clandestina, pásate me dijo en voz baja, no podemos hacer ruido, ya sabes no faltan los chismosos. No te preocupes, ella preparó 2 cafés y agarro unas galletas. Ven, me dijo. Tome mi café y le agarré la cintura. Después nos fuimos a la dirección. Nos vemos mañana, claro le contesté. Pasaron los días y la comunicación era mejor, platicamos de todo, ella tenía más confianza y yo también. Un viernes ella llegó bien arreglada a trabajar, traía una falda algo corta y una blusa blanca. Se veía espectacular. Empezamos a trabajar y llegó la hora de comer. Ya se había todos, sólo estábamos los 2 sólos, ven vamos a comer. Fuimos a la oficina del administrador, ella preparó la comida. La vi de espalda y se veía increíble, unas nalgas casi perfectas. Ven vamos a comer, me acerqué y la abracé por atrás, no supe cómo pero la estaba abrazando y tenía sus nalgas a unos centímetros, ella no me dijo nada, qué trajiste, ella me explico lo que había traído. Voy a comerme todo. Claro me contestó. La solté para qué sirviera la comida, después de comer. Se sentó junto a mí, y empezamos a platicar. Ya mero te vas, si le contesté. Sólo faltan unos días, te voy a extrañar me dijo. Y me abrazo, yo también le dije. Mientras me abrazaba, puse mis manos en su cintura, ella sólo sonreía. Tome valor y le dije ven: la ...