1. Rozando la prostitución, me ofrecen ejercer de chapero.


    Fecha: 14/09/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... follar, me den dinero o no, voy a terminar desnudo o con el pantalón en los tobillos, poniendo el culo y dejar que me abran de piernas y me follen. 
    
       El caso es que el cabroncete del rubito, nos había llevado allí, no solo para presentarnos al maduro que lo follaba, era para que nos dejáramos follar por el anfitrión de la casa que era el que lo follaba a él, y por sus amigos, amigos que eran todos de su edad, sobre unos 50 años, pero eso sí, a cambio de dinero o de regalos. Vamos que íbamos a hacer de chaperos, cosa que yo desconocía.
    
       Después de presentarnos, nos llevó a la sala donde había una televisión inmensa, varios sofás y una amplia mesa comedor con al menos 12 sillas, vamos que aquella sala era de lujo además de bastante grande. Nos fueron trayendo de beber, mientras íbamos hablando, el rubito no se separaba del dueño del piso, andaba como perico por su casa, prácticamente era él el que nos atendía procurando que tuviésemos de beber. Por el contrario, tanto Juan como yo, apenas nos movíamos del sofá, solo hablábamos con el rubito y con el dueño del piso, sin embargo, la viva de la fiambres, ya se había enrollado con uno de los maduros que ya estaba allí cuando llegamos, el muy cabrón, no tardó en desaparecer de allí, junto al maduro aquel, no volviéndolo a ver en toda la tarde que habíamos estado allí.
    
       Al poco rato vinieron 3 hombres más, todos ellos de más o menos la misma edad que el anfitrión, todos rondaban los 50 años para arriba. Después de ...
    ... presentarnos y estar charlando un rato, la fiesta se fue animando. El que comenzó, como no, fue el rubito, que empezó a morrearse con el anfitrión. Sin cortarse un pelo, empezó a comerle la boca y mientras le comía la boca, lo iba desnudando a la vez que le metía mano.
    
       ¡Bufff! Resoplé para mí, cuando pude ver la verga del anfitrión, no es que fuese muy grande, unos 15 o 16 centímetros, lo que asustaba, era el grosor que tenía la maldita polla, joder era como un bote de Coca-Cola o baso de tubo, al menos así me lo parecía a mí. Vamos que era gruesa pero gruesa de verdad, aquella verga a mí, no me cabía en la boca, menudo culo debería tener el rubito para que le entrara aquel pistón de polla.
    
       Al ver como se ponía el panorama, poco a poco empezaron los otros 3 maduros a meternos mano tanto a Juan, como a mí.  
    
       El maduro que vino a por mí, tendría unos 52 o 55 años, recuerdo que tenía unas manos grandísimas, y sin apenas pelo en la cabeza, la verdad es que no me gustaba nada, joder siempre me tocaba bailar con la más fea. Se sentó a mi lado en el sofá, empezando a meter la mano por dentro de la camisa. Yo llevaba la camisa sin abrochar los últimos botones ya que hacía un día de calor, pero él desabrochando el botón que quedaba a la altura de mi pecho, dejó abierta más mi camisa, metiendo la mano por allí, empezando a acariciarme las tetillas.
    
       Dios, me estremecí al notar su mano acariciándome el pecho. Tenía unas manos grandes y algo ásperas que me hacían ...
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