1. Me convertí en la puta de la cárcel para sobrevivir 3


    Fecha: 03/09/2020, Categorías: Lesbianas Tus Relatos Autor: Tu_Nicolette, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Me convertí en la puta de la cárcel para sobrevivir 3
    Hoy les voy a contar una pequeña anécdota que me pasó con una chica algo fea pero bastante morbosa que con pretexto de visitar a su hermana, contrató mis servicios: su nombre es Coral.
    Coral iba todos los jueves a visitar a su hermana Mariana, se notaba que no se llevaban muy bien, pero por lo que me había contado su consanguínea reclusa, Coral pasaba por un muy mal momento en su matrimonio. El marido le ponía el cuerno con su secretaria (qué original) y no lo culpaba. Coral era una mujer algo gorda, con un cabello grasoso de color negro y un rostro cubierto siempre de mucho maquillaje. En conclusión, no era precisamente hermosa.
    Un día, encontré a Coral en el patio destinado a las visitas. Le pregunté amablemente si quería que le ayudara a encontrar a su hermana, pero ella se acercó a mí, tomó una de mis muñecas con sus gordos dedos y me dijo: no, vengo a buscarte a ti. 
    Yo le dije que estaba bien y que fuéramos a mi celda a hablar más tranquilamente. Coral me siguió. Entramos a mi celda, me senté en mi cama y encendí un cigarro. Yo no fumaba antes de entrar ahí, pero varias de mis admiradoras me regalaban cigarros y no podía despreciarlas así. Coral me miró fijamente y le ofrecí un cigarro. Ella negó y comenzó a llorar.
    –¿Qué ocurre?–Dije
    –Ay, señorita Claudia. Me da mucha pena venir a molestarla con mis problemas…
    –Oh, Coral. Aquí nada de penas, mejor dime en qué quieres que te ayude.
    Coral suspiró y ...
    ... simplemente se abalanzó a mi boca. Me besó con esos labios intensamente rojos y hasta me metió la lengua que sentí hasta mi garganta.
    –Hace meses que mi marido no me toca. Tiene una aventura con su insípida secretaria. Necesito que alguien me quite este fuego que llevo dentro, Claudia y necesito que me ayudes a vengarme de él.
    –Vamos por partes, Chula. Primero lo primero.
    Quité a la gorda Coral de mi boca y con la experiencia que mi nuevo trabajo me había traído le quité el vestido de flores que traía la esposa desesperada, dejando libres unos hermosas y blancos pechos perfectamente redondos. No voy a mentir. Coral no me apetencía cuando me besó, pero ver esas tetas de diosa antigua me hicieron aventarme a ellas y comenzar a mamar los pezones erectos que ansiaban mi lengua. 
    Coral comenzó a gemir muy fuerte y a pedirme que continuara. Yo estaba ávida de comer esos hermosos pechos blancos, pero la mujer me apartó de súbito. Se acostó en mi cama y me dijo:
    –No, Claudia. Lame mi coño, quiero que me cojas.
    Yo ya caliente por los pechos de Coral comencé a lamerle el coño, primero lentamente en círculos y cada vez más rápido, sacando y metiendo mi lengua. La mujer no paraba de gemir, ni yo de lamer pues seguía pensando en las maravillosas tetas de Coral. 
    La empujé hacia atrás. Me quité rápidamente el uniforme de la cárcel y me subí sobre Coral haciendo que nuestros dos coños estuvieran unidos. Comencé a mover mi cadera rápidamente, Coral continuaba gimiendo y yo aproveché mi posición ...
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