Así comenzó nuestra historia - Relatos Eróticos

Así comenzó nuestra historia

Llevaba poco tiempo en la metropolis, había acabado de ingresar a la empresa con apenas 23 años y mucho por aprender. Un día, me llamaron a confirmar algunos datos, subí al último piso y allí estaba una joven de apenas 17 años, de cabello negro y largo, piel blanca, amplias caderas y una mirada maliciosa. 

Cruzamos algunas palabras y mientras miraba sus labios, carnosos y húmedos, comenzaron a correr malos pensamientos en mi mente. Imaginaba que podrían hacer esos labios juguetones y rojos en mi cuerpo. Por momentos ocultaba su mirada bajo su cabello, algo timida y solo pensaba en volverla a ver.

Pasaron los días y la invité a desayunar, ella acepto y pude verla de cuerpo entero, delgada y con unos lindos pechos, que parecian querar liberarse de esa blusa. Su conversación interesante y una dulce voz, yo solo quería hacerla gritar de placer. Desde que la ví por primera vez, solo pensaba en cada cosas que pudieramos hacer.

Llegó el día en que la invite a mi apartamento, salimos depués del trabajo. Entramos al cuerto y allí comenzamos a escuchar música. Sin pensarlo, me pidio que me acostara en la cama y pusiera mis manos en la espalda. Ella saco un bombón rojo, y comenzó a chuparlo, pasaba su lengua mojada una y otra vez, en mi mente pensaba que me estaba haciendo sexo oral. Entonces me pidio que no me moviera, y ella comienza a pasar ese dulce por mi cuerpo, provocándome, y haciendo subir mi respiración. Comenzó a lamer tratando de recoger el restro de aquel ...

... bombón, en mi entrepierna, estaba mi miembro duro y mojado, sentía que me estallaría, quería que me bajara el pantalón e hiciera exactamente lo mismo que con aquel dulce.

Luego, pasando sus suaves manos por mi pantalón, sintío aquél miembro duro, y presto para cualquier cosa. Se subio sobre mi y seguimos rozando nuestro sexo uno con otro, con ropa, sintiendo cuan mojada estaba. Aquel sería uno de muchos encuentros, y todo su cuerpo sería mio. 

Pasaron algunos días y supe que era virgen, en uno de nuestros encuentros intimos decidimos hacerlo por primera vez. Comencé a besarla, a pasar mi larga lengua caliente por cada parte de su curpo, decidí que conquistaría aquel monte de venus, y desde allí me apoderaría de toda su geografía. Comencé a escuchar aquellos sonidos que me exitaban, ella gemía suavemente y eso me exitaba más, descubrí que mi oido era mi segundo órgano sexual, después de mi mente.
Entonces succioné aquellos senos erectos y duros, mientras por dentro mi lengua jugaba con sus pezones, algunos mordiscos, y más succiones con intensidad. Mis manos rozaban su entrepierna, acercándome cada vez a su sexo, más gemidos salian de su boca, y era el momento para masturbar su clítoris, giraba con mis dedos una y otra vez, mientra comenzaba a salir rios de fluidos que gustosamente probaba con mi boca. 

Mi lengua continuaba explorando, preparando aquella vagina mojada, caliente, mi pene caliente, húmedo, goteando se preparaba para abrir aquella puerta de lujuria y deseo. ...