1. Ginecólogo - Aura


    Fecha: 25/08/2020, Categorías: No Consentido Tus Relatos Autor: relatosSN, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... Relájate.
    
    Mi dedo ya iba por la mitad, podría empezar a palpar si así lo quería, pero no.
    
    - Voy a dilatar más para poder revisar mejor.
    
    Saqué mi dedo rápidamente, ella dió un gemido de queja.
    
    Mi dedo índice y medio se prepararon para entrar, los puse en la entrada de su anito, ella abrió los ojos aterrada y comencé a meterlos suavemente.
    
    - Tranquila, no aprietes.
    
    Saque y metí un poco, sentir como seguía apretando, sentir el calor, ver cómo se hunden dentro de ese diminuto agujero, los volví a meter, está vez todo lo que pude, ella gimió muy bajito.
    
    - Ya está lo suficientemente dilatado.
    Le informé.
    
    Ya que dentro de mi sabía que si seguía sospecharía que todo eso ya no era normal.
    
    Así que comencé a palpar la zona, presionar sus paredes, se quejaba, gemía de queja y dolor.
    Apretaba sus paredes las expandía con ambos dedos.
    
    - Ya casi termino, tranquila.
    
    Yo disfrutaba bastante, no quería para pero debía hacerlo, saque mis dedos, había un poquito de sangre, algo que suele ser normal al hacer esas exploraciones y pequeños rastros de excremento, nada que no hubiese visto antes, pero ella seguía ahí, con su cara de temor.
    
    - Ahora solo aplicaré la pomada y terminamos aquí. (Pero aquí abajo, pensaba yo).
    
    Fui un dildo plástico, de esos sin forma, mencionado que lo usaría para poder llegar a la zona, ya que los dedos no llegarían.
    
    Me incline nuevamente en la silla, use un poco de lubricante y vaya sorpresa, comenzaban a emanar sus fluidos, ...
    ... ese líquido que deseaba probar.
    
    Sin más preámbulos introduje suave y constante ese aparato, ella volvió a gemir levemente y dió otro respingo cuando entro todo.
    
    - Lo giraré un poco y moveré para aplicarlo mejor.
    
    Y así lo hice, lo movía de un lado a otro, lento, ella seguía roja y está vez comenzaba a sudar.
    Y otro gemido, estos sabía yo que ya eran de placer.
    
    Metía y sacaba el dildo, lo restregaba dónde sabía que estaba su punto G, lo hacía de forma lenta, tranquila, pero constante, sin dejar de moverlo dentro de ella, ví su rostro se mordía el labio, de repente se le escapaba uno que otro delicado gemido.
    
    Seguí con eso, cuando noté un cambio en su respiración, paré.
    
    Lo saque y le indique que ya habíamos terminado.
    Ví está vez en su cara una ligera expresión de frustración, pero seguía dudosa, pareciera como si no supiera que estaba pasado con ella.
    
    - Puedes bajar los pies de ahí, y te pido que te sientes girando a hacía acá y te descubras los pechos.
    
    (Si, así es, no me iba a quedar con las ganas de tocar y ver esos pechitos.)
    
    Sin protestar, como si fuera humillante todo lo que le hacía pasar, lo hizo.
    
    Dejo ver esos pequeños, paraditos y redonditos pechitos, su areola era pequeña, rosada y sus pezones parados, duros, comencé a palpar buscando alguna protuberancia anormal, eran tan suaves y tersos.
    Jugué con sus pezones, los apreté.
    
    Mientras lo hacía le explicaba la importancia de esos exploramientos, le dije cada cuando debería hacerlos y ...