1. Mi adolescencia y el portero


    Fecha: 14/12/2017, Categorías: Primera Vez Hardcore, Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Cuando era chica vivía con mis viejos en el barrio de Belgrano; en un edificio antiguo donde había un par de departamentos por piso.El portero del edificio era Manuel; había sido el mismo desde toda la vida; pero claro, él parecía tener la misma edad para mí, pero yo había crecido y estaba en plena adolescencia…Manuel era un buen hombre, aunque algo bruto; un tipo grandote, de piel oscura; que siempre había sido de confianza. Las vecinas de la cuadra le hacían fama de mujeriego…Cuando ya empecé a desarrollarme como mujer, noté que a Manuel se le iban los ojos detrás de mi culo redondo cada vez que nos cruzábamos. A los quince yo era muy chica, pero a esa edad ya sabía cuándo un hombre me cogía con la mirada.Durante un par de años soporté toda clase de piropos ordinarios y embates de su parte; pero sin decir nada.Al empezar mi último año de la escuela secundaria, comencé a fumar con algunas de mis amigas. Una tarde estaba sola en casa y encontré que ya no tenía cigarrillos a mano.Era la hora de la siesta y hacía calor. Yo estaba vestida con una pollera mini de jean, muy corta, que apenas me tapaba la cola y una camiseta liviana de algodón, que alcanzaba a cubrirme las tetas; aunque mis pezones siempre erectos se transparentaban claramente…La calle estaba desierta a esa hora y decidí que no iba a cambiarme de ropa para ir hasta el kiosco de la esquina. Nadie me vería así por el barrio, con esa pinta de puta reventada…Sin embargo al llegar a la calle, me crucé con Manuel. Por ...
    ... supuesto, se le fueron los ojos y pude ver la lascivia pintada en su mirada hambrienta. Se relamió, mirándome de arriba abajo.Para colmo, llevaba unas sandalias de taco alto que realzaban mis piernas bien torneadas. El hombre no pudo contenerse:“Cómo creciste, Anita… cada día estás más linda…”Me hice la distraída y seguí mi camino. Compré los puchos y volví.Nunca lo había pensado antes; pero comenzó a rondar por mi perversa cabecita la idea de calentar a ese viejo verde y baboso…Por otro lado, me preocupaba que mis viejos se enteraran, porque entonces se me iba a complicar la cosa. Además, en esa época ya salía con Víctor; me gustaba y cada tanto cogíamos…Estaba pensando en eso, esperando el ascensor, cuando escuché la voz de Manuel a mis espaldas.“Estás muy provocativa así vestida, Anita…” Susurró muy suave.“Qué pasa, no le gusta lo que ve…?” Le pregunté con ironía.“Por supuesto, me encantan las mujeres vestidas como putas…”Ya lo miré mal, con cara de bronca; pero ese tipo sabía que sus palabras me estaban calentando. Mientras lo miraba, sentí que mi bombacha de algodón comenzaba a humedecerse.Decidí cambiar de tema:“Necesito cambiar una lamparita, pero la ferretería está cerrada…”Mentí, con la esperanza de que Manuel tomara la iniciativa. Y el tipo picó, porque se le encendió la cara con una sonrisa.“Yo te puedo dar, si te parece…”Me hice la boluda, poniendo cara de haber encontrado la salvación en su oferta; pero también le dejé ver que había entendido el doble sentido de su ...
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