El reencuentro con mi suegra - Relatos Eróticos

El reencuentro con mi suegra

Hace varios meses que mi suegra esta distante, lo que antes era cotidiano, como mensajes o llamadas, ahora son cosa del pasado, los motivos aun no los sé, pero con lo bien que nos llevábamos es extraño, de echo mi esposa lo ha notado, pues ni en mi cumpleaños me envío una felicitación, mucho menos hubo un abrazo, y yo en venganza trato de no enviarle nada y cuando tengo la necesidad de hablar o llamarle soy d echo muy cortante y solo hablo lo necesario, al parecer ella esta cómoda con esto y bueno, yo trato de estarlo también.
	Esta semana tuve necesidad de ir a recoger unas bolsas de compras de mi esposa a su casa, y saliendo de mi oficina me dirigí a casa de mi suegra, total no pasarían más de 3 minutos que estaría con esa viejita cascarrabias, al tocar la puerta vi que estaba emparejada solamente, entre y grite por ella: “Suegra, estas en casa, dejaste la puerta abierta, vengo por unas bolsas que dejo tu hija el día de ayer...” y nadie respondió, fui a la cocina donde ella solía estar y tampoco la encontré ahí, me dirigí al patio, donde ella tenía el área de lavado y no, no la encontraba por ninguna parte, así que fui directo a su habitación y escuche la regadera correr, volví a llamarle y ahora si me escucho y me contesto: “Si está bien, las bolsas están en la sala, dame unos minutos y salgo…” me percate que la puerta del baño estaba emparejada y de inmediato me entro un enorme morbo, espiarla y ver su cuerpo desnudo, además de que en el piso de la habitación se ...

... encontraban un par de tangas aun calientitas, las cuales recogí y olí y en verdad era un aroma muy rico, me acerque y sin abrir mucho pude ver como se enjabonaba todo su cuerpo, como recorría sus manos por cada parte de su cuerpo y se lavaba hasta el más íntimo recoveco, mi verga estaba comenzando a hincharse, pensé de momento que podía hacerme una paja viéndola, pero era muy arriesgado, así que decidí salir muy despacio y esperar en la sala, pero tenía que llevarme un recuerdo de ese momento, asi que guarde sus tangas en mi bolsa trasera y salí a hurtadillas.
	Espere por unos 10 minutos en la sala cuando por fin se apareció, “Hola, ¿si encontraste las bolsas...? a lo que respondí: “No las busque, y para no hurgar entre sus cosas, decidí esperar a que me indicara cuales son…” ella se dirigió al otro lado de la sala, tomo 3 bolsas grandes de compras y las puso sobre la mesa esquinera, me di cuenta que cuando las tomo, una de ellas se atoro con la bata que traía y la abrió por un costado, estaba sin nada de bajo, pude ver su bellos aun húmedos de agua y mi erección volvió a surgir, trate de taparla con un cojín que había en el sillón, pero creo que ella vio que comenzaba a hincharse el bulto, pues me pregunto si todo estaba bien, yo por supuesto le indique que sí, ella aun fría conmigo se dirigió a la cocina, donde agarraría su bolso y sacaría un par de billetes, me indico que le debía a mi mujer cierta cantidad, pero le debía dar cambio, así que me dispuse a sacar mi cartera para ...