Tres amantes - Relatos Eróticos

Tres amantes

Suena el timbre, por fin... Me miras traviesa antes de ir hacia la puerta. Me encanta la faldita que te acabas de poner par mí, tan tan corta que no llega a tapar del todo tu culo, mínima, como el top blanco que llevas sin nada debajo. Deliciosa.

Otro timbrazo, de nuevo me miras. Abre. Tras la puerta, él. “Pienso recibirlo metiéndole la lengua en la garganta”... y eso haces. No hace falta un hola esta noche y mi amigo responde apretándote fuerte contra él, agarrando tu culito, devolviéndote el morreo con ansia mientras yo miro como os coméis muertos de ganas. Un beso largo y caliente... “Encantada de conocerte”.

Te sientas a mi lado, y él al tuyo y nos damos cuenta que la conversación banal que hemos empezado a tener como una mera formalidad no nos lleva a ningún lado. Nos miramos y no podemos evitar reirnos, y así, entre risas nerviosas, te lanzas de nuevo a por su boca y esta vez no puedo conformarme con mirar y os busco y mi lengua se une a las vuestras y empezamos a comernos los tres juntando nuestras bocas en todas las combinaciones posibles... mientras nuestros cuerpos ...

... se frotan y empezamos a tocarnos, a sobarnos... La ropa va cayendo, encuentro tus tetas que ya no están cubiertas por ningún top. Las aprieto fuerte sin dejar de lameros la boca hasta que la tuya desaparece y ahora sólo está la de él. Sé que te morías de ganas de ver como nos comíamos la boca y nosotros te lo damos gustosos, sabiendo que miras muy caliente, deseándonos... tu mano acariciando mi cuerpo, al igual que el suyo. Excitada... agarras nuestras pollas y te deshaces de nuestros pantalones, de nuestra ropa interior... Están muy duras y siento tu boca caliente, tu lengua, tu saliva y me estremezco... Y después de la mía, la suya, vas de una polla a otra lamiendo y chupando, saboreándolas... pero las quieres las dos, así que nos juntamos un poco más y ahora son para ti. Juntas nuestras pollas y las lames, frotándolas, metiéndolas en tu boca... las dos a la vez... Ummmm, él y yo nos miramos y nos dejamos hacer. De rodillas ante nosotros, las acaricias, las restriegas por tu carita y las llenas de tus babas mientras las pajeas unidas y nos miras y hay vicio y morbo en tu mirada...