1. Me enamoré de una prosti (parte 3)


    Fecha: 11/12/2017, Categorías: Hetero Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues

    ... parecía meterse entre sus nalguitas, luego le arreglaba el escote de la camisola dejando a la vista por un instante su pezoncito el cual masajeaba luego de acomodar todo. Yo debía taparme la erección con el libro de cuentos mientras la niña se acostaba de panza esperando el cuento de hadas. Mientras yo leía, MeiLin le acariciaba la cabecita bajando por su espalda cariñosamente, advertí que en cada pasada su camisolín subía un poco descubriendo su colita enfundada. La sonrisa pícara de la oriental demostraba gozar también con el espectáculo. Leía mientras sostenía una manita de la somnolienta, cada tanto bajaba la cabeza para besar sus deditos y ya no le quedaban dudas a MeiLin de mis inclinaciones poco normales. Se pasaba la lengua por los labios demostrando que deseaba a esta nenita tanto como yo, pero no podríamos hacer nada. Se había dormido pero ambos estábamos petrificados observando su cuerpito respirar lentamente, MeiLi estaba por tocarle la colita pero hice un gesto enfático que no la tocase agregando que no permitiría que le hiciesen algo indecente a mi tesorito. Al final se resignó a no poder tocarla sentándose a mi lado mientras me agarraba suavemente el miembro. Pasé mi mano sobre sus piernas hasta arriba acercándome a su puchita sin animarme a tocarle la vagina hasta que me dio un tierno beso en la boca, era el permiso que necesitaba para subir la mano y hacerle una pajita. Ella sacó mi monstruo del encierro masturbándome lentamente, ambos teníamos la vista ...
    ... clavada en las piernas y deliciosos glúteos que parecían tragarse la bombachita de Ángeles que inocentemente dormía sin imaginar que dos degenerados estaban pajeándose mutuamente mientras la miraban. La conchita de MeiLi estaba depilada y lisita, además del tamaño reducido acorde a su fisonomía, se sentía mojadita allí abajo y era delicioso hacerle un dedito mientras suspiraba cada vez más fuerte. Al llegar al clímax debí besarla fuerte evitando despertar al angelito durmiente, esta vez se agachó para chuparme bien el pene haciéndome acabar enseguida dentro de su boca. Terminamos acomodándonos la ropa pero besándonos con los ojos cerrados, muy suavecito imaginando que los otros labios pertenecían a un angelito dormido. Ya me debía retirar de la casa del placer con mi gusano durmiendo en paz luego de ser tan bien atendido. Antes de ir casa pasé por el almacén comprando una gran bolsa de papas fritas y ni bien llegué a casa me puse a besar la bolsa, ya sé: suena estúpido, pero sabía que Ángeles tocaría esa bolsa y era una forma alterna de besarle las manos, cada dedito. Me tiré en la cama quedando fulminado hasta que me despertó el canto de los pájaros. Era lo lindo del campo, nada de bocinazos ni ruidos molestos, todo natural. Salí a caminar encontrándome con MeiLi que iba al pueblo a comprarse algo de ropa, parece que necesitaba usar prendas muy sugestivas en su nuevo empleo ofreciéndome acompañarla. Yo llevaba la bolsa de papas mientras MeiLi me miraba de modo raro: -- ¿ Qué te ...
«1234...»