Mi sobrino se convierte en mi juguete CFNM - Relatos Eróticos

Mi sobrino se convierte en mi juguete CFNM

Hasta hace 2 años yo había vivido sola con mis 2 hijas. Un hombre no había vivido con nosotras desde hace 10 años que mi esposo murió.
Mis hijas son Sara y Clara tenían 19 y 21 años.
El hijo de mi hermana iba a mudarse a mi localidad, así que ella me suplicó que se quedase a vivir con nosotras a lo que accedí.
El muchacho se llama Diego, entonces tenía 18 años, es alto, guapo, atlético, el futbol, la natación y el gimnasio lo tienen con un cuerpo de dios griego. Gusta mucho de usar ropa muy ligera, una camiseta, unos tenis sin calcetines y shorts que muestran sus enormes piernas, nunca pantalones largos.
Al llegar el muchacho era algo reservado, pero con el paso de los días iba ganando confianza. Al inicio en casa vestía con camiseta y shorts, pero poco a poco comenzó a estar sin camiseta y a veces incluso en boxers con completa naturalidad
Al principio nos pareció extraño, pero nos fuimos acostumbrando, definitivamente, tener un muchacho de 18 andando en boxers en casa era muy agradable, de hecho, boxers muy marcados.
Diego cada vez que estaba en casa nos ayudaba en muchas cosas (reparar cosas, limpieza, cocinar) y veía la televisión, hacia ejercicio y verlo hacer todo eso en boxers era muy agradable a la vista tanto para mi como para mis hijas, se convirtió en el hombre de la casa y que hombre.
Cierto día que llegué a casa, Diego estaba dándose una ducha y al pasar por allí encontré que estaba con la puerta abierta y grande fue mi sorpresa cuando dentro encontré a ...

... mis 2 hijas de pie observando como el muchacho desnudo se duchaba y se masturbaba, todo un espectáculo.
Muy enojada mande a mis hijas a salir y a Diego le indiqué que al terminar tendría que hablar con él. Salí de allí y regañé a mis hijas por el suceso, enfatizando en que era su primo.
Luego de un rato, Diego salió de la ducha y con la toalla amarrada alrededor de la cintura vino a la sala donde estábamos nosotras 3. Nos dijo que lo sentía y que nos tenia un regalo. En ese momento soltó la toalla quedando completamente desnudo delante nuestro, con la polla en semierección y el cuerpo completamente rasurado, todo un dios griego. Yo quedé con la boca abierta paralizada por varios segundos y mis hijas divertidas por mi reacción.
Él me preguntó si me había gustado lo que estaba viendo, yo sonreí y le dije que por supuesto, me le acerqué, le dije al oído que si quería jugar jugaríamos y le dije que a partir de ese momento tenia prohibido completamente usar alguna prenda en casa, él, todo seductor me respondió que con mucho gusto cumpliría esa nueva regla.
Así que desde entonces cada vez que él llegaba a casa, en la entrada se desvestía completamente, dejaba sus ropas en la lavandería, se daba una ducha y saliendo se unía a nosotras al almuerzo o a los quehaceres de la misma forma que lo hacia antes, solamente que ahora lo hacía completamente desnudo.
Las veces que volvíamos juntos a casa, se sentía una tensión especial antes de llegar ya que fuera todos íbamos vestidos de ...