Espiando a Angie hasta venirme.... - Relatos Eróticos

Espiando a Angie hasta venirme....

... días,  hasta después me dijo mi ex-suegra, tuve que esperar ocho días más. 
Ése día llegué,  ya habían anunciado fecha para inicio de la cuarentena, ya no tendría pretexto para ver a Angie, así que fui decidido a pedirle las nalgas. Toqué y Angie me abrió,  al verle se me salieron los ojos: llevaba un vestido con vuelo, al estilo cincuentas sin crinolina, a medio muslo, tenis blancos dejándo ver sus blanquitas piernas, una rodillas sin marcas, una cintura muy marcadita, llevaba también la blusa amarrada a la cintura dejándo ver el piercing de su ombligo, tetas colgantes casi salidas con un tatuaje de una rosa a la mitad de la teta, me pasó y, para mi maldita desgracia, me dijo que mi otro ex-cuñado y su novia dormían arriba, ni cómo cogerme a Angie. Pedí permiso para pasar al baño, Angie me dijo que sí, pero que no mirara -como si yo le hiciera caso- porque se iba a cambiar para hacer quehacer. "No, si si, pierde cuidado", ajá,  me metí al baño y, comenzó,  se sentó en el mismo sillón donde me había sentado tantas veces, posó su pierna derecha sobre su rodilla izquierda, desatando los cordones de sus tenis, se veía su cuevita, me saqué la verga y comencé a chaquetearmela despacio, ella subió el otro pie e hizo lo mismo, se levantó mirando con sonrisa pícara hacía el baño, dándome la espalda, se agachó,  con ese vestidito le vi el inicio de las nalgas, se desabrochó la faldita y la bajó a sus tobillos, traía una tanga que dejaba ver la parte oscura que rodea el ano, yo ya me ...

... masturbaba rico, haciendo una chaqueta rica, con mi dedo meñique embarraba liquido seminal a la punta y a la base del glande, hacía un sonido acuoso, estoy seguro que Angie lo oía,  y seguía subiendo y bajando mi mano. Angie por su parte, se sentó y comenzó a meter los pies en su pantalón de mezclilla,  sólo metió los pies y saco otros tenis de su maletita, se desató la blusa y sus tetas sin sujetador, saltaron, muy ricas, traía los pezones erectos y se las sobo, pellizcando los pezones, no aguanté mas y eyaculé, salpiqué hasta la puerta,  el semen me bajó por los dedos de la mano hasta llegar a mis pelos púbicos,  continué con mis movimientos de arriba a abajo pero ahora, frenéticos, sin dar cuartel al pene. Angie se sonrió cuando escuchó mis jadeos y continuó. Se levantó y, dándome de nueva cuenta la espalda, se agachó,  me acordé de mi cel y lo saqué,  tomé unas instantaneas de ese culote, tomó un sostén y se lo colocó en su lugar, volteó y lo sujeto por delante, sus tetas estaban abultadas por la presión del sostén, tomé instantáneas de ése momento sin dejar de chaquetearmela, dio vuelta al sostén y metió las chichis, ajustó los tirantes y, sabiendo que la veía,  bajó un poco su tanga, puede ver que se había rasurado, porque veía el inicio de su rayita, la bajó a medio muslo y fingió ver si estaba sucia, volví a tomar secuencia de ése momento y, fuí por mi segunda eyaculación,  ya descaradamente gemía, fue igual de abundante que la primera ¿donde tenía yo tantos mecos?, ...