Mi Dulce Primita Juli (Parte I) - Relatos Eróticos

Mi Dulce Primita Juli (Parte I)

Vivíamos en una casa alquilada, mi madre Juana, mi tía Griselda, mi primo Vicente y mi prima Julieta. Sí... todos juntos. La cuestión es que habíamos heredado un terreno con una cabaña por parte de mi abuelo y todavía no la habíamos podido vender, así que para ahorrar en alquiler la compartimos por un tiempo. En fin, este relato gira entorno a mí y a Julieta,  mi prima. Ella era una hermosa jovencita de 16 años de edad , físicamente era perfecta para mi, su piel era blanca como la nieve en el invierno y más suave que la seda, poseía unos pequeños labios cuyo color se asimilaba con el resto de su hermoso rostro, ojos celestes, pelo rubio hasta los hombros , sus senos, Aaaayyyy sus senos! Eran perfectos, de tamaño mediano, blancos, con dos pequeños pezones de color rosado, su colita también pequeña pero paradita y firme, y esto lo sé por los hechos que relataré a continuación; Julieta hablaba de una forma muy dulce y cuando lo hacía sus labios se separaban lentamente, como si no quisieran hacerlo, casi siempre deambulaba descalza y con un fino vestido blanco o con flores, a mis ojos, ella era perfecta. 


Atras de la cabaña había un patio excesivamente extenso, tan extenso que este poseía un bosque. Un mediodía de noviembre, al regresar de clases, me encontraba solo y aburrido, así que decidí salir al patio a tomar aire, camine un poco y me adentré un poco entre los árboles de ese bosque, no sé porqué, pero tenía un hábito bastante peculiar pero muy agradable (Tanto que se ...

... los recomiendo), cuando me encontraba totalmente solo me gustaba bajarme el pantalón y dejar mi pene al descubierto, para así sentir la brisa natural rozando mis comisuras, y ese mediodía lo volví a hacer como de costumbre. 

Luego de caminar un par de minutos con mi pene al descubierto comencé a escuchar ruidos, pero estos ruidos eran diferentes, no eran los sonidos habituales del cantar de los pájaros o del crujir de los árboles, no, eran ruidos de pisadas y alguien me estaba siguiendo, al darme cuenta de eso guardé mi pene dentro del pantalón lo más rápido que pude y giré mi cuerpo para observar lo que se ubicaba detrás de mi; Y ahí estaba, mi linda primita, Juli. Descalza sobre la tierra húmeda, con un fino vestido floreado, podía notar que no llevaba sostén, el vestido tenía una leve transparencia que revelaba sus hermosos y rosados pezones. Cuando giré ella se sobresaltó un poco así que de inmediato le pregunté:

- ¿Me estabas espiando?. 

- Solo vine a buscarte, Juana me lo pidió, porque ya está listo el almuerzo.  

Soltó una pequeña sonrisa y corrió hacia la cabaña. Yo fui detrás de ella y al entrar a la casa estaban todos sentados en la mesa listos para almorzar. Me senté yo también y empezamos a comer. Mi madre y mi tía charlaban sobre asuntos del trabajo, mi primo estaba bastante callado y Juli... Bueno Juli no dejaba de mirarme con esa pequeña sonrisa que todavía no se le había borrado de la cara, y así estuvo durante todo el almuerzo. 

Al terminar mi ...