1. Encuentros familiares capítulo 3


    Fecha: 01/12/2017, Categorías: Incesto Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    Cien por ciento ficticio. Para más relatos, visita mi perfil. si quieres comentar, tienes mi perfil cerca Capítulo 3 Alba: —Pues eso es lo que sucedió —les dije a mis amigas mientras tomábamos el café en la sala de mi casa—. La polla de mi muchacho estaba empapada de semen cuando la vi. —Qué delicia —dijo Martha y yo la fulminé con la mirada—. Vamos, mujer, no me digas que no se te antojó chupársela. —Pues es mi hijo —repliqué y crucé las piernas. Alejandra me guiñó el ojo—. ¿A caso ustedes desean a sus hijos? —Pues somos mujeres —respondió Eugenia y bebió un poco de té—. Yo masturbaba a mi hijo desde que se la paró la primera vez. —¿En serio? ¿Cómo es eso? —En la ducha —contestó la mujer con naturalidad—. Mientras lo bañaba, su pene necesitaba atenciones. Al principio sí te saca de onda, pero después lo encuentras excitante. Además soy su mamá. Si hay alguien que tiene derecho de hacerlo, soy yo. —Pero no lo sé —reflexioné en lo que había hecho con mi marido y Lucy. La imagen de mi niña chupándole el pene a su papá seguía pegándome como un cinturón caliente. Lucy no había dicho nada al respecto porque le pedí que mantuviera todo en secreto—. ¿Creen que deba de… masturbar a mi propio hijo? Mis amigas se miraron entre sí. Eugenia suspiró. —Lo que hagas es decisión tuya mientras los dos estén de acuerdo con lo que está pasando. Nada más así. —Buen punto —me reí al recordar la cara de Eric al verme allí. Si tenía que ser honesta, incluso había mucho morbo en la situación. Eso ...
    ... me había calentado lo suficiente como para hacer lo que hice con Lucy. Mi nena había comido su primer pene y yo había estado allí para guiarla. No podía ser mejor. Por la tarde mi hijo llegó de la escuela y subió a su habitación. Apenas respondió cuando le pregunté si quería comer algo. Evitaba mi mirada y estaba avergonzado por todo. Me limpié las manos en el delantal y subí a su alcoba. Esta vez entré después de tocar. Él estaba desvistiéndose. Sólo llevaba unos slips azules que marcaban un gran tesoro entre sus piernas. Se apenó al verme, pero no dijo nada y permitió que entrara. —¿Qué pasa, mamá? —Tengo que hablarte sobre lo que pasó —me senté junto a él y le toqué la pierna. Miré sus ojos acaramelados y traté de sonar tranquila y maternal—. Lo que estabas haciéndote es normal y no estoy para nada molesta con eso. Yo también veía porno a tu edad. —¿En… serio? —su sorpresa era evidente. Me sonrojé al haberle confesado algo personal, pero esperaba que eso le permitiera abrirse para mí. —Pues… sí. Recuerdo que me la pasaba horas masturbándome con las revistas de mi papá. Así que no te preocupes. Lo que pasó es un secreto. Eric bajó la mirada. —No me gusta masturbarme. Me siento asqueroso. —Oh, no, no. Es de lo más normal. Y no creas que no he visto antes tu pene parado. Cuando eras más chico y yo te bañaba, te gustaba que te lavara allí. Rio al recordarlo y yo le acaricié por encima de la rodilla. Recalco que él seguía sin pantalones ni camisa. Si ponía atención, podía ver la ...
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